San Marino: “Vermut”

Ya teníamos ganas de poder gritar a los cuatro vientos que nuestros amigos de San Marino acaban de poner a la venta “Vermut”, el trabajo con el que estrenan el casillero de su discografía particular. 

Sí, San Marino, ese dueto hispano-argentino con nombre de serenísima república que capitanean Lucia Figueroa e Iván Hanon y que logró arrebatar nuestros corazones tiempo atrás gracias a un puñado de grandes canciones que tenían un píe en el pop, otro en el bolero y el jazz, y algún que otro ramalazo de inequívoco sabor a música de raíz con clara influencia latina, siempre defendidas con un punto de arrogancia, decadencia y socarronería desbordantes de sentimiento que caló muy hondo en nosotros, merced al poder de evocación de una serie de cortes que ya mostraron a “El Giradiscos” años atrás, casi en exclusiva, cuando su propuesta era aún un pequeño secreto del que tan solo teníamos constancia unos pocos elegidos, convertidos ya en fieles seguidores de su causa desde la primera toma de contacto. 


Desde ese momento iniciático, como decimos, lograron elevarse en nuestro santoral particular, quizás también ayudados, para qué negarlo, por una declaración, que a la postre sirvió para titular la primera entrevista que les hicimos, en la que no dudaban en presentarse ante nosotros autoproclamándose con toda la arrogancia del mundo como “oscuros, latinos y crápulas”, en la mejor tradición de muchos de los grandes grupos de rock estatales de los ochenta; sí, aquellos que lograron dejar grata impronta en el público de éste país, nos referimos a bandas del calado de Los CoyotesGabinete Caligari o Radio Futura, con los que curiosamente comparten una serie de puntos en común de vital importancia como es el hecho facturar una música propia, de claro sabor hispano, completamente alejada de la moda actual, cada vez más tendente al indie ramplón tan mediocre como vacío de contenido real, al menos en muchos casos; todo ello sin renunciar a unos postulados musicales más cercanos al imaginario de Chavela Vargas o Ámparo Sánchez que al de las bandas citadas anteriormente. 

Es por todo eso por lo que acogemos con gran entusiasmo la publicación de “Vermut”, un trabajo de aquellos que rebosa dedicación y paciencia, mimo y elegancia, rabia y a la vez entusiasmo, capaz de enganchar desde primeras escuchas de principio a fin, sin por ello recurrir a ritmos fáciles y estribillos coreables, tan en boga en estos días. 

Así es como San Marino vuelven a mostrarnos joyas ya conocidas como “Otra Dimensión”, sublime y resplandeciente, la egocéntrica “Insoportable”, “Petite Valse”, pura incorrección, o “Que Murmuren los Extraños”, con un trasfondo funk realmente sorprendente, las cuales conviven a la perfección con nuevas composiciones que nos revelan a una banda con ganas de experimentar y de moverse por terrenos poco transitados, logrando salir no solamente airosos sino triunfantes del envite. 

Es ahí, en la pura experimentación, donde brillan con luz propia canciones tan doloras y sinceras como “Tú te Casaste”; “Criaturas” y “Romance de la Cautiva”, sorprendentemente crudas, ruidosas y acertadas, “Los Pasos”, asentada levemente en un cautivador órgano ululante y unos curiosos efectos que se abren paso para descubrir una hermosa melodía pop, o el cierre en clave bailonga y casi rapeada de “Ser pura Entropia”, mostrándonos en todo su esplendor a un grupo debutante pero que parece haber firmado una obra de auténtica madurez creativa. 

Llegados a éste punto y después de bebernos de una sola tacada, aunque en repetidas ocasiones, este primer trago del “Vermut” que nos propone San Marino, no podemos evitar sentir en nuestro cuerpo una más que agradable sensación de bienestar que reposa en el paladar, al encontrarnos con una bebida, hecha disco, de claro regusto amargo en sus letras, pero repleta de buen gusto, coherencia y riesgo, ante la que no nos queda más remedio que felicitar a los artesanos creadores, en este caso Lucia e Iván, por haber dejado macerar unas composiciones y un álbum convertido ya por derecho propio en una gran obra, con el que muchos nos tememos que verán crecer de manera exponencial el público que ha seguido su carrera hasta la fecha. 

Esperamos de corazón que así sea y que llegados a ese punto no se olviden de los “amigos” que un día recibieron su humilde maqueta con todo el cariño del mundo, sin apenas sospechar que con el paso del tiempo aquellas canciones acabarían por formar parte de uno de los grandes discos editados en el año 2013.  

Por: Javier González/javi@elgiradiscos.com