Entrevista: Pablo Galiano

“Soy el tipo de escritor de canciones que parte de conceptos” 

Recientemente Pablo Galiano ha publicado su segundo disco, La Ciudad Devora a los Pájaros. Tras un notable debut (La Noche es Ahora Tu Casa) que le situó en la primera línea de esos músicos dedicados al rock americano por estos lares, este nuevo trabajo es un salto cualitativo y cuantitativo en su posición. No sólo sirve para consolidar su status sino para dar muestras de una habilidad para ampliar su registro, tal y como queda constancia en sus nuevas composiciones, impregnadas de ritmos negros, tribales y vitales. Desentrañar las ideas que hay detrás de todo ello ha sido una prioridad para nosotros, para ello nos ponemos en contacto con el propio intérprete.

Hace algunas semanas que se publicó tu segundo disco en solitario, “La Ciudad Devora a los Pájaros”, un trabajo que viene a confirmar todo lo bueno que mostraste en tu debut con “La Noche es Ahora tu Casa”; un álbum que te situó de forma más que positiva en boca de un gran número de gente. ¿Qué valoración haces todo lo bueno que te ha ocurrido hasta llegar aquí? 

Pablo: Recibir la aceptación, buenas críticas y el feedback positivo de la gente con respecto a las canciones es una parte muy reconfortante del proceso. Sin embargo no es un objetivo. El camino es bastante poco plácido en general. Según veo las cosas, lo bueno o mejor que me ha pasado a nivel personal es que he conseguido grabar otro disco sin mandarlo todo a la mierda por el camino. 

¿Hasta qué punto todo lo bueno que se dijo de ti por parte de público y medios te pilló desprevenido? 

Pablo: Supongo que por completo, especialmente porque de partida no pensé que fuera a recibir ninguna atención, honestamente. 

Con respecto a aquel disco este segundo suena diferente, o por lo menos más centrado en la influencia de la música negra. ¿Cómo ha sido el camino que te ha llevado a ese “nuevo” sonido? 

Pablo: Soy el tipo de escritor de canciones que parte de conceptos. Primero pienso, identifico, leo, escucho, miro, etc… y cuando me empapo bien por fuera y por dentro de la idea y su desarrollo, entonces escribo. En música ya no hago casi nada espontáneamente porque me aporta poca o ninguna satisfacción en general. Esos cambios son, creo, producto del aburrimiento. 

Tengo entendido que la idea primera del álbum era sonar más tribal, menos instrumentado. ¿Cómo fue ese proceso para cambiar de idea y qué valoración haces del resultado final? 

Pablo: Me gustaría poder permitirme grabar las dos versiones del mismo disco, me gustaba la idea de hacerlo más desnudo y menos convencional. Creo que hubiera sido menos amable de escuchar para todos los que no fueran yo mismo… pero Isaac que es muy inteligente le dio ese giro rock y más digerible y bueno, me parece que le queda bien. 

En el ámbito de las letras también hay alguna diferencia con tu anterior trabajo. Frente a aquellas que eran más realistas/costumbristas, estas se mueven en un terreno más metafórico y en busca de imágenes. ¿Es una decisión tomada en consonancia por el tipo de música o simplemente otra forma de mirar la realidad?

Pablo: Sí, como parto de conceptos intento que fondo y forma estén todo lo cohesionados que sea posible. Me gustaría conseguir que las imágenes musicales y las literarias compartieran la misma vibración y generasen los mismos ambientes emocionales al escucharlas. En realidad creo que es algo muy primitivo, no creas. 

El disco recrea muy bien las sonoridades negras. ¿Has hecho algún acercamiento específico a ellas para conseguirlo o simplemente has dejado salir parte de tus influencias? 

Pablo: Un poco de todo. Escuché mucho “spirituals”, grabaciones de Alan Lomax, primeras grabaciones de blues y folk, música ritual de las Antillas, candonblé, vudú…miles de cosas muy, muy, muy interesantes que compartían el origen africano o afroamericano aunque no fueran siempre cantadas por negros. 

Tu voz parece estar trabajada como si de un instrumento más se tratara, ¿ha habido una dedicación específica en ese terreno? 

Pablo: Lo que quería era tener una orgía de voces acompañando por debajo a la principal, así que en muchas canciones grabamos cuatro, cinco pistas por estrofa y no sé cuántas mil por estribillo. Me parece que le da un carácter más de ritual mágico al conjunto y es algo que seguramente seguiré haciendo en el futuro. 

No sé si éste conjunto de preguntas podrían englobarse bajo un solo epígrafe que sería el dedicado a la producción, donde sobresale la figura de Isaac Rico, batería de tu banda y encargado de la misma. ¿Por qué decidiste que el proceso no fuera a parar a nadie ajeno a vosotros? 

Pablo: Tengo que admitir que me gusta mucho manejar completamente los procesos. Isaac me hace función doble, además de grabar y coproducir, toca un instrumento que yo ni sé cómo funciona. Me gusta grabar la mayoría de las guitarras y las voces solo porque me entiendo, me divierto como un niño, y además sé qué texturas e intenciones quiero conseguir. 

Al escuchar las canciones nos hemos quedado con la espina clavada de saber cómo sonarían éstas canciones habiendo sido grabadas en directo. ¿Fue algo que os planteasteis en algún momento? 

Pablo: No, porque no estaba claro si íbamos a usar percusiones, baterías, bajos eléctricos o contrabajos…etc. Además, no lo ensayé nunca antes de grabarlo con la banda. Llevaba todas mis maquetas de casa con las guitarras, percusiones, bajos y voces. Era cuestión de reproducir y mejorar lo que había. 

Personalmente del álbum destacaríamos una vez más la calidad de los coros, sublimes en “Celebración de la Luna” o “El Bosque”, creemos que es uno de los elementos más característicos y personales de tu música. ¿Qué te parece nuestra afirmación? 

Pablo: Me gusta, me halaga y me encanta... Casi te diría que me siento orgulloso al saber que todo el empeño/curro que le pongo a ese tema en particular no pasa desapercibido. 

¿Hay una gran diferencia a la hora de trabajar dentro de un grupo a presentarse en solitario y de alguna manera tomar uno mismo las decisiones? 

Pablo: Sí la hay. Es inevitable que se filtre el carácter de cada músico trabajando en grupo. Yo para grabar prefiero hacerlo solo y contar con las colaboraciones de forma puntual. Si nos ves en directo notarás que sonamos diferente al disco. Toco con muy buenos músicos y muy creativos, creo que para el directo el repertorio se beneficia de que sea así. En tus discos te rodeas de amigos/músicos como Joe Eceiza, Laura Rubio o el ya citado Isaac Rico. 

Desde fuera da la sensación de que formáis una gran familia musical. ¿ Crees que eso se transmite de alguna forma al disco? 

Pablo: En el disco no creo que se perciba porque lo grabamos casi todo Isaac, Dani y yo. Es en directo donde se debe notar; y lo que se nota es un amor sincero y un respeto enorme de los unos por los otros, hay mucha complicidad. Somos unos tipos que lo pasan teta tocando juntos porque nos conocemos y nos queremos como hermanos. 

Casi todos sois provenientes o del entorno del siempre prolífico barrio de La Alameda de Osuna. ¿Qué tiene aquel barrio que casi todo lo que hacen huele a sinónimo de rock de muchos quilates? 

Pablo: Pues no sé, desde que yo lo conozco es un barrio con muchos músicos y muchos seguidores de esos músicos yendo a conciertos. Los más jóvenes refiriéndose a los mayores, mirándose en ellos… El ambiente en general parece que predispone hacia la música. Yo creo que era más notable antes, hace años. En todo caso es muy de agradecer, sobre todo para gente que como yo vinimos de fuera. 

Por cierto, hablando de Joe Eceiza, ¿has tenido la oportunidad de escuchar su disco? ¿Qué opinión te merece? 

Pablo: ¡Y hasta le grabé coros! Es más y mejor Joe Eceiza que nunca en la línea del pop-rock en castellano. Tiene canciones geniales y preciosas. Él posee un talento descomunal que le tocó por nacimiento, no es el tipo de cosa que se puede aprender. 

Antes de terminar nos gustaría preguntarte por dos nombres propios de grandes del rock. De un lado Mink Deville, un mito muy poco reivindicado por estos lares y que sabemos que es una pasión común que compartimos, hasta el punto que si llegamos a escuchar tu anterior disco fue porque en la hoja de promo se le citaba como influencia directa. ¿Qué podemos añadir de él para que se le haga justicia de una maldita vez? 

Pablo: Willy DeVille… ese tipo tenía tanta clase y tanto talento... Completamente genuino y uno de los mejores cantantes que he oído (¡y visto!) en mi vida. Macarra, arrogante y divertido. 

Y del otro, Enrique Bunbury, quien ha incluido tu disco entre lo mejor que se editó en el pasado 2013. ¿Cómo se te quedó el cuerpo al ver que había elegido tu disco? 

Pablo: Me sentí muy halagado, claro… además en su lista había músicos que para mí que me dan mil vueltas. Empezando por Alfa. 

Ya para rematar, Pablo. ¿Qué planes de futuro manejas para los próximos meses? 

Pablo: Sobrevivir. Intentar tocar si las salas me lo permiten, que no lo tengo muy claro...(risas), y si pudiera, grabar un EP. Me gustaría sacarme unas canciones de encima que están en medio de ningún camino antes de empezar a pensar en por dónde tirar para el próximo disco. 

Muchas gracias por todo. De verdad que ha sido un inmenso placer entrevistarte. 

Pablo: Gracias, el placer es mío, de veras. 

Por: Kepa Arbizu y Javier González/javi@elgiradiscos.com