Entrevista: Lagartija Nick

"En estos momentos es fundamental huir del hedonismo salvaje que inunda la música” 

Por: Sergio Iglesias 

El último trabajo de Lagartija Nick (el primero en seis años) lleva por título "Crimen, Sabotaje y Creación". A lo largo de todo el disco notamos la presencia de Jesús Arias, cuya influencia ha sido fundamental en el resultado final de un álbum en el cual se han incluido varios temas del músico granadino fallecido en 2015. Antonio Arias y Juan Codorniu nos hablan de este trabajo que, no sólo ha servido como homenaje a la figura de Jesús Arias, sino también como una manera de reivindicar esas "múltiples Andalucías" más desconocidas, las que trabajan y luchan por sus derechos. 

Comencemos hablando de “Crimen, Sabotaje y Creación”, un disco marcado por la pérdida de Jesús Arias. ¿Fue fundamental esa pérdida para reactivar la actividad de la banda? 

Antonio Arias: En la creación del álbum fue un motor muy importante, dándonos la guía de las letras principalmente y volviendo a apreciar su música de una manera sorprendente en algunas canciones. Como decimos, en algunos momentos se pierde la tranquilidad pero se gana en lucha y no se trataba sólo de reivindicar su obra, sino también su figura y el momento social que estamos viviendo en que perdemos a los seres más valiosos en pos de mantener un sistema. Así que lo que hay es una doble reivindicación: social y artística. El hilo argumental y el que quizá le da coherencia, a pesar de ser un disco variado, son la temática de los versos de Jesús que utilizamos y a través de los cuales homenajeamos su figura, esa es la argamasa que une todos los elementos del disco. 

Después de seis años sin material nuevo de la banda, ¿habríamos tenido este disco si no hubiera sucedido el triste fallecimiento de Jesús? 

A.A.: Ya había una intención, porque estábamos juntos rememorando reediciones de álbumes anteriores y había la necesidad de crear material nuevo. Pero lo de Jesús sí que fue como una patada en el culo para decir “Vamos a hacer un disco que tenga una fuerza interior que pida vida”, por eso es un disco que tiene muchas referencias a él y a cosas que a él le gustaban. Si no hubiera sido por eso, habría salido otro disco diferente, seguramente mucho más alegre. 

¿Costó recuperar a la banda original para este álbum? 

A.A.: La verdad es que llevábamos tocando varios años con la reedición de los tres primeros discos y era la formación que ya estaba girando. La propia dinámica del grupo nos pedía renovar repertorio, aunque nos sigamos divirtiendo tocando las canciones del principio. Pero artísticamente necesitábamos tener nuevo material para seguir manteniendo ese componente lúdico necesario para motivarnos a la hora de salir al escenario. 

El título del disco es el mismo que el de una canción del que era vuestro último trabajo hasta el momento, “Zona de conflicto”. ¿Era una manera de reivindicar que comenzabais de nuevo a partir de aquel punto? 

Juan Codorniu: Ese título también se había barajado para el disco anterior, pero no tenía esa carga tan emocional, y por eso se eligió otro título más neutro. En este caso, según iba avanzando el disco, veíamos que aquel titulo reflejaba muy bien esa postura ante la vida y el arte y que crea una pregunta en cada persona. El arte creativo así lo sugiere desde la portada porque queremos que, desde el momento que coja el álbum, la gente se sitúe para disfrutar del viaje. 

En el disco, como decíamos, habéis recuperado varios temas de Jesús entre los que, tal vez, podríamos destacar ese “Europa Europa” que tú ya cantaste en su momento con su banda Qüasar… 

A.A.: Es que en Jesús se juntaba ese espíritu fancinero de los 80 y otra propuesta artística marcada por sus letras y que podíamos ver desde el primer disco de TNT, “Manifiesto Gernika”. En “Europa Europa” hemos incluido también un guiño musical fusionándola con el “Nadsat” de TNT ; era una manera de decir que el de Jesús siempre ha sido un buen camino para juntar la vanguardia con lo clásico, porque en sus letras siempre se vislumbra a Lorca…pero siempre un Lorca nuevo. Se dice mucho que a los granadinos se nos llena la boca con Lorca y otra cosa que mi hermano aportó al álbum es ese concepto nuevo de Lorca en el que nunca había profundizado de “Teatro bajo la arena”. Donde aparece él siempre hay intención poética y posición musical, y estos dos temas nos sirven como guía de letras y como centro sobre el que girar… es un disco en el que todo el que ha colaborado ha sido para aportar cosas valiosas, tanto los ausentes como los presentes. 

Hablando de eso, ¿cómo surgen las colaboraciones de gente tan diferente como Tymon Dogg (Mescaleros) o Juan Pinilla, por ejemplo? 

A.A.: Pues hablando de Tymon, el año pasado estuvimos grabando cosas con él y era una persona muy querida para mi hermano; Juan Pinilla también tenía que estar porque también había colaborado con él y, al final, una cosa fue llevando a otra porque, a través de Juan llegamos a “Charico”, la historia de los hermanos Quero… de tal forma que todas las piezas se vuelcan sobre la mesa y lo más divertido es ir juntando esas piezas, porque tienes ahí una gente que es una maravilla. En unos casos, lo de las colaboraciones, es una necesidad del grupo y en otros una necesidad de decir “esto es un homenaje para ti, y por eso vamos a llamar a algunos coleguillas que te molen y te va a gustar y lo vas a disfrutar desde donde estés”. 

¿Os ha costado mucho grabar un disco tan complejo y, en cierto modo, tan duro?

J.C.: Nos costó arrancar para empezar a maquetar, pero una vez que nos metimos en el estudio para hacer una versión de otro grupo, ya aprovechamos para empezar y, a partir de ahí, todo fue hacia adelante, nos llevamos las maquetas a otro estudio y ha sido un verano de trabajo intenso para conseguir terminarlo. 

En la temática de las canciones encontramos esas canciones de Jesús y otro bloque de letras con temáticas sociales y de reivindicación de esa otra Andalucía… 

J.C.: … De las múltiples Andalucias. 

A.A.: Como Lagartija, estos años hemos estado trabajando y colaborando con los movimientos de defensa de la Vega y apoyando presencialmente la manifestaciones de la marea amarilla y pudimos comprobar que, trabajando con la gente de tu barrio, es posible conseguir un nuevo modelo de convivencia o de ciudad. El activismo también ha marcado ese carácter que tú comentas y que no es una postura estética simplemente, sino que es algo real y contrastado. Cuando lleguemos a Granada, con todo lo que estamos presumiendo de eso, nos van a llamar de todos lados y ahora sí que ya nos vemos abocados a los movimientos sociales y a apoyar las luchas vecinales en su objetivo de cambiar el entorno más cercano para cambiar el mundo entero. 

¿Creéis que el músico está obligado a usar su palabra para estas cosas? 

A.A.: Yo creo que sí. La música no sólo es un pegamento social donde nos juntamos para disfrutar de una experiencia lúdica, sino que tiene que estar acompañada de un compromiso, y hoy en día, aunque sólo hables de música, hay que denunciar cosas como los juicios a César de Def Con Dos u otros compañeros raperos. En el disco, por ejemplo, colabora José María Carrillo que también estuvo encarcelado en el 67 por sus canciones y ves que han cambiado pocas cosas. Nosotros tenemos un gran altavoz con un volumen muy alto para dar nuestra voz a estas causas ya que, en estos momentos, es fundamental huir del hedonismo salvaje que inunda la música. La compañía también lo ha visto así y el apoyar lo distinto también puede servir como motivación para otros artistas; casi toda la gente de la que nos rodeamos dice que somos unos suicidas, pero creo que hay que salir un poco de ese miedo que nos amortaja, ese silencio por miedo a que no nos dejen tocar o a que no nos saquen discos… lo que tenemos que hacer es lo contrario: hablar más alto y así es como aprenderemos a hablar también más claro. 

En tu caso, Juan, también has colaborado en la escritura con la letra de “Nuda Vida”, un tema más personal… 

J.C.: Sí, es una letra muy personal pero que, curiosamente, ha encajado muy bien en la temática general del disco porque entronca con canciones como “La soledad es política”, que hablan de esa deshumanización a la que asistimos a diario. Conceptualmente encaja con el resto, aunque me acerco a cosas personales, influido por mis lecturas; sí quiero dejar claro que todo se hace de una manera artística y que no intento hacer ningún doctorado de esto, tan sólo son cosas que me gustan y que me sugieren y así lo plasmo en canción y lo bueno es que, como te digo, encajan con muchas de las temáticas de Lagartija.

¿Podríamos decir, hablando de estas temáticas, que os ha salido un disco muy conceptual? 

A.A.: … ¡Y mira que nosotros huimos de los discos conceptuales que tantos problemas nos han dado en la vida! (risas); pero al final parece que el álbum tiende a ir por ese camino.

J.C.: Yo más que conceptual creo que es un compendio de Lagartija con propuestas nuevas, nosotros mismos nos reconocemos en lo que hemos sido pero decimos “Aquí no está todo porque todavía hay caminos por recorrer”. 

En alguna entrevista he leído que decís que este disco debía haber sido la continuación de “Omega”, pero no consigo ver cuál puede ser la relación entre ambos trabajos, ¿podríais explicármelo? 

A.A.: Nosotros también lo hemos leído, pero lo decíamos porque es lo último que hicimos con esta formación. Parece como que decimos que sería el paso natural después de “Omega” y eso no tiene ninguna lógica. Somos dignos hijos de aquel álbum en el sentido de que seguimos indagando y descubriendo nuevas formas de acercarnos al flamenco, a la música de nuestro alrededor y a esas múltiples Andalucías que decía Juan… sí que tiene guasa esa frase y, cuando la vimos escrita, vimos que se había usado equivocadamente con ese sentido, pero está claro que sin Enrique (Morente) no se puede hacer otro “Omega”. 

Comentas que sois hijos de ese disco pero, a su vez, han salido muchos hijos de “Omega” como, por ejemplo, Exquirla, el proyecto conjunto de Toundra con El niño de Elche… 

A.A.: El otro día, precisamente, tocamos con ellos. Nos hermanamos en que todos aportamos mucho a esta forma de hacer música que, por otra parte, también tiene sus antecedentes. Pero la verdad es que se está transformando la música de este país de forma que sea reconocible fuera porque esa es la única manera de aportar música al mundo. Eso lo sabemos por Omega, con el que giramos por todo el mundo y cuyo mayor promotor fue el propio Leonard Cohen hablando de ello en las entrevistas pero, de todas formas, “Omega” es un disco que juega en otra liga. 

Terminemos hablando precisamente de “Omega”, ¿tuvisteis muchos problemas con los flamencos puros en el momento de editar el disco? 

A.A.: Pues la verdad es que no. Tomatito, Carmen Linares, Vicente Amigo…con los flamencos que estaban por allí no tuvimos problemas, e incluso colaboraron con nosotros y lo vieron como algo interesante. Los flamencos puros no se quejaban, pero sí los puristas flamencos, que aún siguen rebotados con el disco porque fue algo muy transgresor; últimamente también estamos viendo un “neofascismo flamenco” contra los que descubrieron el flamenco a través de “Omega”. Era un run run que resonaba en la cabeza de Enrique y que podía echar al traste el trabajo de meses y meses, él siempre decía “¿Por qué queréis acabar con mi carrera si somos amigos?” Ese disco tiene eso de especial: que lo que en su día fue transgresor hoy es clásico porque hoy en día se ve como algo asociado al flamenco.