Gaizka Insunza, alimento para el alma en tiempos de hambruna cultural


Bira, Bilbao. Domingo, 25 de Abril del 2021.

Por: Sergio Iglesias

“Ya sea en solitario o con Audience, siempre me hace, de alguna forma, recuperar (o seguir manteniendo) la fe un poco en todo, especialmente en el poder de la música”. Esto es lo que me decía mi compañero (y gran músico) Jon Bilbao después del concierto que Gaizka Insunza dio en el Bira bilbaíno el pasado domingo.

Para empezar, ni una coma se le puede quitar al comentario de “JonBil”, porque la verdad es que da gusto escuchar a Gaizka siempre, en cualquier formato, bien sea en sala grande con su banda de toda la vida, o bien sea, como en esta ocasión, en un local a cuyos responsables hay que agradecerles que sigan apostando por la música en directo, en unos tiempos tan complicados para todo en general, y para la hostelería y la cultura en particular.

Así que, en un ambiente casi de clandestinidad por las restricciones, y aprovechando el escaso horario que, a causa del virus, las instituciones dejan para poder acceder al interior de los bares y restaurantes en Bilbao (de 6.30 h. a 9.30 h. por las mañanas y de 13.30 h. a 16.30 h. por las tardes), allí nos juntamos a la hora de comer unos cuantos necesitados de alimento para el alma, la buena música que, en cierta forma, también nos mantiene vivos.

Tal y como el propio músico de Gernika explicó, este bolo se había cancelado varias veces por los continuos cambios y restricciones, así que nos podemos imaginar las ganas con las que Gaizka Insunza se presentaba en el Bira.

Multiinstrumentista, comenzó el concierto sentado al piano para presentar dos de sus nuevas composiciones, “Kalifornia” y “Ez dakit ezer”, a las que siguieron otras dos a la guitarra, también en euskera, tituladas “Mamuak guri begira” y “Gure altxor hau”, con lo que nos empezó a dar pistas de por dónde van a ir los tiros del que será su nuevo trabajo que, aún no tiene fecha de lanzamiento. Temas en las que se aprecia un cambio importante respecto al sonido de su debut en solitario que, por cierto, también aprovechó para recordar, comenzando por “My dream come true”, seguida de su continuación natural, “There´s a place” y “Where do you go?”, “el superhit del disco”, bromeó el de Gernika. Concluía este bloque con “We´re running away”, también del disco homónimo y que supuso uno de los momentos del concierto, ya que es increíble cómo Gaizka sabe subir y bajar las pulsaciones del público como y cuando le da la gana y este tema es la demostración perfecta: un tema que empieza susurrante y termina en todo lo alto para parar en seco y dejarnos con las ganas de más.

Pero no hay problema porque todavía queda mucho y llegaba el momento de las primeras versiones con el “Lonely man” de Elvis y un estremecedor “Space Oddity” de Bowie, interpretado a petición del público. Posteriormente llegó el “Rainbow road” de Dan Penn, con homenaje incluido al “Chain gang” del gran Sam Cooke y que, como pudimos comprobar, se adapta a la perfección al repertorio del músico de Gernika.

Tras presentarnos otro de sus nuevos temas, en este caso una nana preciosista titulada “Kantu bat zuretzat”, sonó una nueva versión, esta vez el “Rolling with the flow” de Charlie Rich, también versionada por Kurt Vile en su disco “Bottle it in”, tal y como nos recordó Gaizka. Con “Just as long” y “Hopeland” concluía el repaso a su disco, justo antes de continuar con la interpretación del clásico “Good Night Irene” de Lead Belly, vía Ry Cooder y una versión del “It´s St. Patrick´s day” de NRBQ , “el secreto mejor guardado del rock” , una de esas bandas que siempre hay que reivindicar, al igual que el maestro Bob Dylan, de quien sonó su versión de la tradicional “Ol´roison the beau”, cantada a voz en grito por Gaizka sin micrófono… las mascarillas tapaban las bocas abiertas, pero el brillo en los ojos de los afortunados que estábamos en el Bira, delataba la emoción que sentíamos por el momento que se estaba viviendo y que compensaba, de alguna manera la espera de todos estos meses. 

Lo que parecía el final del concierto no lo fue tal y Gaizka volvió a sentarse y valiente recordó al familiar público que aceptaba peticiones. Entonces,  alguien gritó “Nick Cave!” así que, sin pensárselo dos  veces, el de Gernika recogió el guante, agarró su guitarra e improvisó una versión del “The ship song” del australiano que sonó a gloria. En ese momento ya tuvimos claro que este tipo podría haber llegado al bar sin un setlist preparado y haber dado un concierto sobresaliente, porque le vale con su vasta cultura musical y su capacidad para tocar lo que le dé la gana.

Pero, por desgracia, todo tiene un final y el concierto terminaría con “You better move on”, de Arthur Alexander y “Good times” de The Animals.  Así se terminaba este bolo, y con él la magia. Teníamos que volver a la realidad de este mundo “pandémico” y absurdo en el que, cada vez cuesta más pasar los días sin la música en directo. Por suerte, y como decíamos al principio, es de agradecer que todavía quede gente,  como los responsables del Bira, que sean valientes y tengan ganas de hacer cosas, y músicos como Gaizka Insunza que estén dispuestos a dar lo mejor de sí para que sigamos manteniendo la fe en que todo esto volverá a ser cómo era antes de la aparición en nuestras vidas del maldito virus.

Así que, sigue creyendo, compañero “JonBil”…