Jardín de Invierno del Parque J.A. Labordeta, Zaragoza. Jueves 9 de octubre de 2025.
Texto y fotografías: Javier Capapé.
Existe un reducto de resistencia roquera en las fiestas del Pilar de Zaragoza. Entre tanta propuesta falta de alma o con exceso de ligereza apenas quedan escenarios en la ciudad para propuestas que no sean urbanas o cercanas a la radiofórmula durante estas fiestas. Los antiguos escenarios de las plazas céntricas de la ciudad han desaparecido y se imponen los grandes eventos de infinitos aforos en el corazón de la Plaza del Pilar o en el impersonal Espacio Zity. Pero entre todo ello, sigue en pie una aldea gala en lo alto del Parque José Antonio Labordeta donde mandan las seis cuerdas y el descaro de alma stoniana. El Jardín de Invierno se ha consolidado como uno de los escenarios imprescindibles de las fiestas en los últimos años. Para este 2025 se han dado cita aquí desde Califato ¾ a Killer Barbies, Telephunken o Calavera. Lo local se ha dado la mano cada noche con propuestas nacionales de lo más sugerente. De entre todas ellas, elegí Multipla y Repion para sumergirme en aguas turbulentas con la luna como cómplice y el espíritu de Labordeta como aliado (de hecho fueron sendos homenajes al cantautor aragonés los que revitalizaron este espacio hace unos años).
Con Multipla ya tuve mi idilio hace apenas unos días cuando los descubrí en el FIZ. Ya entonces me impactó su frescura y actitud. Esta vez ofrecieron un concierto ligeramente distinto a aquel, pero sin olvidarse de sus canciones más celebradas, como “Sidecar”, así como de su bajo marcado y sus delays de guitarra que nos llevan directos a los ochenta, pero con la energía de quien todavía tiene recién estrenada la veintena. Nos sorprendieron con varios desarrollos instrumentales con gancho y convencieron a un público más bien tímido al principio, pero que se fue soltando con las poderosas “Ya da igual” o “Días Grises”. Anunciaron que tienen material nuevo entre manos, así que ojalá vea pronto la luz y pueda darles más alegrías a este trío que podría tomar el relevo del punk melódico en la ciudad.
Las estrellas que hicieron brillar la noche del pasado jueves también se presentaron en forma de trío. Las hermanas Iñesta, acompañadas al bajo por Iris Vanegas, descorcharon sus mejores canciones para subir el pulso de todos los presentes y convertir nuestro nuevo encuentro con las cántabras en una fiesta de punk rock acelerado, pero igualmente cargado de épica y poderosas armonías. El repertorio se sostuvo con las canciones de su disco homónimo y su EP “Entre todas lo arreglamos”, a pesar de que arrancaban la gira del que será su nuevo largo, del que únicamente presentaron su más reciente single “El sueño dura una semana”. Esperemos que mientras la gira va rodando nos vayan regalando más canciones de este disco, que ya hay ganas, y eso que éstas con las que juegan son de lo mejor que ha parido el rock en nuestro idioma en los últimos años. “Qué hay de ti?” abrió con paso decidido y sin apenas respiro encadenaron “Amor Fantasma” o la más ligera “Tú/Mi colonia”.
No hay temas menores en su discografía, y así nos metieron en su “Madriguera” y recorrimos canciones que podrían ser ya clásicos como “Pronto”, “Sin hablar” o “Qué soy yo para ti”. Una detrás de otra, con pocas palabras y mucha convicción, gracias a la contundente pegada de Teresa (¡menuda entrega a la batería!) y la explosividad eléctrica de Marina. “Monstruos de río” volvió a ser uno de los momentos más inspirados y desgarradores del concierto, como cuando las vi hace unos meses en La Lata de Bombillas. Entre ese concierto y este último no hubo muchas diferencias, pero tampoco nos importó demasiado, ya que lo que nos queda es su dinámica y energía convertidas en canciones, lo que de verdad vale la pena.
Pronto habrá tiempo para novedades, pero mientras tanto siguen sacando rédito a “Viernes” o “En todo momento”, no sin antes dejar que Teresa tome las riendas y nos conmueva a la acústica para entregarnos una de sus tonadas más delicadas, “Vienen de pasárselo bien”. Así precisamente nos sentimos, como si la escasa hora de concierto volara con el sentimiento de pasarlo más que bien. “Barrio Somavilla” incidió en esos años de la infancia que vuelven una y otra vez a nuestra mente para conectar con lo que más nos importa y “El día no me da” destapó a las claras la necesidad de buscar en los demás nuestro sostén cuando no podemos más. Marina y Teresa pueden ser precisamente ese asidero al que agarrarse cuando, como ellas mismas nos dicen, “algunas cosas nunca se arreglan, se quedan clavadas”. Una frase con la que cerraron su actuación. Aparece en “Brillante” y, como su propia música, nos da pistas para seguir y no olvidarnos de brillar aunque no demos para más, aunque se nos venga el mundo encima y nos parezca que no podemos avanzar. Ellas consiguen darnos el aliento necesario porque su música puede remover nuestros cimientos y lanzarnos de nuevo a caminar. Son Repion, son explosivas, creíbles y honestas, y su música, condensada en un concierto tan efectivo e intenso como el aquí narrado, me demostró una vez más que podemos salir adelante con todo. No dudéis ni un segundo si se os ponen a tiro. Están en su mejor momento y os van a convencer con creces.
No sé si podré afirmar que éste será uno de los mejores momentos de estos días de fiesta maña, pero lo que es seguro es que ese pequeño reducto de nuestro “Parque Grande” no es comparable con otro escenario. Es nuestro bastión y atalaya en este momento, nuestro pequeño gran tesoro para alimentar de buen rock noches para el recuerdo.