![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEheFOdpHsopHD0V-ixno05sl7j3HLojzZldINZu_0B_1lJOgJb2kMDkGTP_0y3T-uhU2w32KwkPIs9ASXXsnPb791BewJ-wnEpI79P3-HYqOXujQRYDNfWAc3P9NJwjI1M2wqlLO5kfDlhI/s400/friska.jpg)
El dúo holmiense formado por
Daniel Johansson y
Joakim Sveningsson vuelve a la carga con nuevo álbum, el cuarto de su carrera. Con él dan continuación a su anterior
For the New Beginnings. Como todo, este álbum tiene dos lados o dos puntos de vista desde las cuales podríamos valorarlo. El negativo es que sigue la línea de su predecesor, y por tanto, pierde capacidad de sorpresa para todos aquellos que la primavera pasada disfrutaron de las canciones de aquel trabajo y pudieron comprobar la fuerza de
Friska Viljor en los escenarios españoles. La buena, a todas ópticas es un trabajo cargado de buenas canciones que sugieren un paseo por estados de ánimo salvajes. Pasan de canciones intimas reflexivas con un sabor pesimista y de un salto se posicionan en lugares más felices, festivos y lúdicos. Todos ellos aderezados por el abanico sonoro que
caracteriza a los de Estocolmo. Sin duda en su próximo paso por nuestro país volverán a dar un buen espectáculo con estas nuevas canciones, las cuales sumarán a su divertido directo.
El álbum lo abre Larinov, tema que desde que suena la primera nota la energía positiva y las buenas vibraciones irrumpen en los oídos, levantando el ánimo y contagiando las ganas de fiesta que transmiten estos dos hedonistas escandinavos en los cortes más jaraneros. Los más llamativos pueden ser What you gonna do?, Malou y el ya mencionado Larinov. Si bien formaron la banda hace cinco años al encontrarse ambos rotos, unieron sus fuerzas, y juntos, trataron de buscar de nuevo la felicidad; en ocasiones a fuerza de grandes ingestas de alcohol. En esta ocasión esa búsqueda de la felicidad habría llegado a su fin, puesto que ambos se encuentran emparejados, durante estos cinco años han tenido tiempo de ampliar la familia y de paso rebajar el consumo de alcohol. No obstante, mantienen un fuerte punto reflexivo. Lo podemos encontrar elevado a la máxima potencia en temas como Useless o To be alone.
La receta de Friska Viljor continúa siendo los fuertes contrastes entre la alegría más absoluta y la pesadumbre más profunda. Indómitos sentimientos plasmados en temas pop adornados por instrumentos que ya caracterizan su personalidad como trompetas, mandolina, ukelele, carrillón con acordeón o la kalimba.
Friska Viljor ya tiene confirmadas varias fechas en nuestro país. A finales de mayo harán un recorrido por Zaragoza, Barcelona, Elche y Madrid paseando las canciones del inicio del principio del fin.
Por Iván González