Al Scorch: "Circle Round the Signs"

Por: Txema Mañeru 

La verdad es que todavía no conocía a este increíble músico de Chicago y experto del banjo. Pero tras oír su magnífica reválida y debut para Bloodshot Records, "Circle Round The Signs", no me extraña que haya sido fichado por uno de los mejores sellos del mundo de música de raíces americanas. 

Estoy completamente seguro de que a finales del presente siglo cuando surjan otros historiadores de este tipo de músicas como Alan Lomax o Harry Smith, se acordarán de este hombre siempre sonriente y feliz en las fotografías que yo le he visto, al menos. Se habla también con lógica de su fusión entre el más puro bluegrass y hillbilly americano con el punk y folk europeos. Se citan a Billy Bragg, Johnny Cash, Social Distortion, Mekons, John Prine, Woody Guthrie, Black Flag, Stanley Brothers o Jon Langford al hablar de él y su música. Tampoco me extraña en absoluto. 

El tipo empieza como un huracán y de manera fulgurante con "Pennsylvania turnpike" como si fuera un Billy Bragg de los comienzos, pero yanqui y con corazón country. Al es una fiera con el banjo pero le acompaña también un supersónico violín que brilla en temas como "Everybody out". Pero también destaca su rabia al cantar y un alucinante clarinete. El violín también se sale y dirige la preciosa melodía de la calmada "City lullaby". También tenemos calma y una preciosa melodía con aires de country vals en la emocionante "Lonesome low". El estribillo es una gozada y la segunda voz femenina le da un punto genial de mayor dramatismo. Retoman la velocidad punk en "Want one" y borda una gran versión con armónica y banjo como protagonistas, del "Slipknot" de Woody Guthrie, ¡Para que no haya dudas de por dónde vienen los tiros! 

Pero todavía hay más en una segunda parte magistral del disco. Y es que en "Poverty draft" nos entrega un elegíaco tema lento acústico con reminiscencias al Bruce Springsteen de "Nebraska" en música y letra. Con "Love after death" pone un fin trepidante a media hora trepidante, desbocada, salvaje, sin tregua y preciosa, para seguidores de la mejor música de raíces americanas de cualquier época.