Por: J.J. Caballero
Arriesgado es lo mínimo que se podría decir de una propuesta y un proyecto como este. El Ser Humano, nombre bajo el que Gonzalo Fuster agrupa a la banda que le sirve de apoyo, presenta un quinto trabajo con las mismas coordenadas que los han caracterizado hasta la fecha pero con ciertas diferencias en planteamiento y resultados. Como ejemplo, basta decir que está distribuido en tres EPs que dividen temática y separan campos de juego sonoro. De ahí que el arrojo y la fe en lo que crean sean las armas básicas para enfrentarse a un nuevo reto, este que nos ocupa, en el que se la vuelve a jugar sin importarle lo más mínimo hasta dónde puede llegar.
La aventura se ha afrontado en tres estudios distintos y con la ayuda del correspondiente trío de productores que han intentado unificar –y a la vez marcar las diferencias- el sonido y las intenciones de una banda que opta por dejar atrás los simbolismos y lo críptico de algunos de sus mensajes para centrarse en un lenguaje más directo, guiado básicamente por las melodías y las guitarras de la otra mitad del proyecto, un inspirado Dani Odisseu. Un buen ejemplo de ello es "Rimar", posiblemente el tema más destacado del tercer EP, guiado por un órgano hammond y con una de las mejores letras escritas hasta el momento por Gonzalo.
La presentación parece además tan importante como el contenido en sí, y por eso la portada es un precioso dibujo de Pepe Talavera, reflejo de la emoción implícita en cortes como "Mar", en la que suena un bandoneón más que apropiado, o en "Siempre quiero más", otro de los puntos clave para entender el concepto unificador de los tres mini álbumes. No son los únicos grandes momentos, pues en el transcurrir apacible del minutaje escuchamos deliciosos teclados en "Agua", donde también hay coros de aúpa, rock áspero en "Accidente" y ciertas trazas de hard rock, siempre adaptado a lo suyo, en "Morir y desayunar" (fantástico título para una canción, todo sea dicho). Todo está englobado y contextualizado en una atmósfera muy setentera, primando el pop clásico con todas sus derivaciones y encontrando un nicho propio en el folk de "Juicio final" y en la esquemática "Amigos". Dejan el necesario hueco para la implicación social en "Hangares", tal vez el momento menos inspirado, por la dispersión, de estas tres rodajas sonoras generalmente llenas de atractivo.
El Ser Humano es una banda prestigiosa, y así lo demuestran las colaboraciones de músicos del más variado pelaje a lo largo de estas doce canciones claramente ancladas a un tiempo y una manera de entender este negocio que los pinta como una gente lúcida e inquieta, y a la propia idea de editar tres EPs conjuntos al mismo tiempo nos remitimos. Con la que está cayendo, se agradece oír cómo algunos se refugian del temporal en portales de probada impermeabilidad.