Entrevista: Riverboy


“Este disco es resultado de una entrega máxima” 

Por: Javier González 

Riverboy ha dibujado con “El Olimpo” un interesante viaje por sinuosos parajes repletos de belleza, ideal para perderse en la calma de la madrugada frente a una luz ausente y descubrir la grandeza de un trabajo donde el rock psicodélico se viste de calidez en cortes notables como “Delirio” y “Por el Cañaveral”, una de las mejores canciones que se han grabado en este país tan ingrato. 

Un álbum cantado íntegramente en castellano que nos muestra la enorme capacidad de Carlos Yáñez para emocionar al tiempo que asienta un proyecto del que nos declaramos absolutos fans. 

Con muchas ganas telefoneamos a Sevilla, donde vive nuestro protagonista. Desde el primer contacto es patente que manejamos un lenguaje común, se nota la complicidad y es palpable que Charlie es un crack. Mucho nos tememos que ha surgido una bonita amistad, pero tranquilidad, la misma no nos hará mentir. En este “El Olimpo” hay tanta categoría como en el de la Grecia Antigua, solo que aquí hay más arte, sevillano y del bueno, viene regado con aroma de azahar y los aires lisérgicos de quien ha invitado a casa a dormir al demonio en más de una ocasión. 

¿Qué tal Charlie? ¿Cómo va todo? 

Charlie: La verdad que me lo estoy tomando con filosofía, sigo haciendo canciones y grabando, eso no ha cambiado. Mientras exista la música lo demás va y viene. No me voy a quejar. Soy un tío positivo, tengo para pagar mi casa y peinar a mis gatos. 

Lo primero que te voy a decir es que te has debido quedar la mar de a gusto tras grabar “El Olimpo”. 

Charlie: Me he quedado a gusto, sí. Era un reto, la verdad. He salido de la inercia de hacer el primer disco, en un registro diferente y con el cambio de idioma. Me ha podido salir el tiro por la culata, menos mal que ha salido bien porque podía haber salido una mierda. Nos hemos quedado realmente satisfechos con el resultado final. 

Vamos a caer en los dos tópicos si te parece, primero te diré que si crees que este trabajo supone la consagración definitiva de Riverboy como proyecto. 

Charlie: La verdad que no lo sé. Para mí cada disco es un reto y un proyecto nuevo. El primer disco y el segundo me parecen tan diferentes. No veo la consagración, quizás sí como cantante es castellano. Ahora estamos grabando nuevos temas para el siguiente disco y es otra movida totalmente distinta.

Y en el segundo, todavía más tópico, ¿crees que supone un antes y un después en tu trayectoria? 

Charlie: Desde ese punto de vista, personalmente sí. Es un antes y un después. Ahora tengo planes y metas que antes no tenía. Estoy muy metido en lo que tengo en la cabeza. Este es mi ideario cien por cien. 

De momento te lanzas al castellano, donde quizás los más puristas del género lo vean como algo raro, pero personalmente creo que es un movimiento interesante. Tienes una capacidad intensa para transmitir con tus letras. ¿A qué responde el cambio de idioma? 

Charlie: El cambio de idioma viene por inquietud. Tenían algunos temas de este disco que tenían un aire similar a los del primero, estaba en el estudio y no me sentía motivado, necesito tener una chispa que me mueva. El primero me movía porque era mi debut en solitario con un montón de canciones que tenía dentro. En este caso paré y me dije que tenía que hacer una canción en castellano, en mi idioma. Hacer un borrón y cuenta nueva a ver qué salía. He visto el momento justo en mi trayectoria en que podía hacer esto y afortunadamente ha salido bien. 

¿Piensas que a nivel de ganar notoriedad puede ser un movimiento interesante o es una necesidad totalmente artística? 

Charlie: Es una necesidad totalmente artística. Me suelo hacer bastante caso y esta vez lo tenía a huevo. Ha sido una respuesta artística a mí mismo. 

El disco es un bombazo musical, donde mezclas los rayos de sol de la costa Oeste americana con la sangre caliente sevillana, juntos a las armonías de Los Brincos y Los Angeles, junto a Jacco Gardner. ¿Cómo se puede hacer algo tan bonito y sentido? 

Charlie: La verdad es que en los procesos de grabar los discos soy alguien muy hermético que se encierra en una burbuja y trata de no fijarse en demasiadas cosas. En este caso en los sonidos nuevos, se nota que soy aficionado a Jacco Gardner, pero cuando terminé de grabar, comencé a darme cuenta en el tema de las melodías relacionadas con el pop español. Alguien me dijo que sonaba a Los Brincos. El resultado es estar entregado al máximo. Me funciona muy bien el hecho de no tengo prejuicios. Mira que tengo una herencia rockera gorda y un bagaje que ahora ha despistado a mucha gente, pero me he dejado llevar totalmente. No me he fijado en nada ni he querido ir a ningún lado. He cambiado los timbres de los teclados y los sintetizadores, el lenguaje me ha llevado a eso. Es curioso. He conseguido gran parte de lo que soy en este disco gracias a ello. 

Me gusta tu forma de cantar en castellano, netamente sevillana, sin esa manía de pretender disimular el maravilloso acento que tenéis, cosa más normal de lo que parece. 

Charlie: Es una cosa que tenía clara, no iba a cambiar mi manera de hablar. Además, me gusta cómo suena. Es algo que teníamos en cuenta desde el comienzo de la grabación. Me metía en el estudio y Paco me decía: “no pierdas el acento”. He tenido que hacer mucho trabajo para cantar en castellano ya que vengo de cantar en inglés toda mi puta vida. Cantar en castellano no tiene nada que ver con cantar en inglés, es muy diferente. 

Dime a punta de pistola. ¿Cuál es secreto para escribir una canción tan bonita como “Por el Cañaveral”? 

Charlie: Es uno de los temas más trabajados en estudio, desde una idea de raíz que fue cambiando, trabajando los ritmos. Es una canción muy trabajada como grupo. Me alegra que te guste, es una canción favorita mucha gente. Es la historia de alguien que se encuentra al demonio en la playa. Ya sabes que a mí me gusta moverme en la cuerda floja. 

“La Fuente” es una canción inconexa. ¿Practicas la escritura automática o fue surgiendo?

Charlie: “La Fuente” me la planteé como una canción burlona, al estilo de Kevin Ayers, solo que en vez de ponerme tan sesudo, dije voy a contar tres historias inconexas: El demonio y la fuente, el de la caracola que se encuentra y la de mi gato que está aquí al lado, de hecho me está mirando mientras hacemos la entrevista. Quería hacer una canción desenfada que no tuviera conexión. Son como haikus. Son canciones que comienzan y acaban en dos líneas. 

El cierre con “Nunca te Fuiste” es otra gozada de aromas clásicos. ¿Hablarías de un disco de corte clásico con sonido moderno, o quizás de un trabajo de rock psicodélico moderno anclado en el pasado? 

Charlie: La verdad que te lo voy a dejar a ti, más que nada porque no lo tengo claro. Escucho música rock de corte clásico y otra más moderna. En el fondo soy un tío muy clásico. No sé cómo decírtelo. A veces me suena de una manera y a veces de otra. Al estar mezclado con temas como “La Fuente” y “Nunca te Fuiste”, una es más moderna y otra más clásica. Creo que es una mezcla de todo, la verdad. No me corresponde a mí decirlo. Todavía no tengo muy claro lo que he hecho. 

Caigamos en el debate del estado de la nación psicodélica. ¿Qué te parece la cantidad de bandas buenas que tenemos en el género? 

Charlie: La verdad es que hay bastantes bandas y la cosa está bastante saneada. Hay gente haciendo música del copón, cada uno con su rollo. Veo un estado de salud muy bueno. Realmente me da la sensación que el primero de Riverboy es más psicodélico que este. Los Derby lo petan y Los Estanques están dándole fuerte con sus discos. ¿Qué más podemos pedir? Somos todos colegas, de hecho, ya lo sabes, la mitad de los Derby grabaron el anterior disco con Riverboy. 

Me la dejas botando… ¿Quién conforma actualmente la formación inicial de Riverboy? 

Charlie: Ahora mismo está Sleepy James, como batería y productor, José Vaquerizo grabó el segundo disco, pero ahora no está; ahora están Fran Rosado y Ricky Candela, un amigo mío que tocó en Los Labios, y Paco Prieto, ambos tocan también en Pájaro. 

Estamos sufriendo otra consecuencia de la pandemia que es la saturación en la edición de discos y la gran acumulación de conciertos. ¿Qué valoración haces de la situación? 

Charlie: La verdad es que esa pregunta es buena. Han cambiado las cosas, los promotores apuestan por cosas seguras, lo he notado bastante. La verdad es que personalmente no tengo muchos bolos, cosa que en el primero sí que ocurrió. Tampoco se puede hacer más. Es lo que hay y punto. A mí estas cosas no me afectan tanto. Llevo muchos años en la música, conozco los desencantos de este mundo. Lo que hay es lo que hay, voy a lo mío que es hacer canciones y seguir grabando que es lo que más me gusta. 

Antes has comentado que ya estás trabajando en nuevas canciones. ¿Cómo va el tema? 

Charlie: En enero comenzamos a hacer preproducciones, estamos a tope. Ahora de tarde me acercaré al estudio. En nuestro caso la venta de discos. No me voy a quejar. Realmente lo hago por vocación. Necesito la música como desayunar un café por la mañana. Me hace feliz y me ayuda a vivir. No me voy a descuidar ni voy a dejar que nada me desvíe de la música. Mientras estoy grabando y haciendo canciones estoy bien. 

En vuestro caso la música es vocación, no hay más elección, con solo escucharos cantar y hablar se nota. 

Charlie: Es vocación. De verdad. Fíjate que yo ahora con la situación como está sin que salgan muchos bolos y sigo tan feliz. A lo largo de Enero y Febrero saldrán más cosas estoy seguro. Yo voy a hacer música y soy consciente de dónde está mi sitio, todo lo que me venga está de más.