Cuando uno escucha por primera vez “For What It’s Worth”, single del último lp del grupo británico Placebo no deja de sorprenderse de que un grupo como éste pueda hacer un tema tan enérgico y vibrante, sin dejar a un lado la oscuridad que contiene su música.El cuarto corte de “Battle For The Sun” no deja indiferente a nadie: para aquéllos que seguimos al grupo hace tiempo es un disco un tanto desconcertante, y para los nuevos adeptos será un disco diferente. La diferencia radica en que este grupo británico ha hecho un trabajo extraordinario en su último disco, acompañado del productor David Bottrill que ha trabajado, entre otros, con bandas como Muse, Tool, o Silverchair.
Según el propio cantante Brian Molko, la sustitución del batería primigenio (Steve Hewit) por Steve Forrest ha pegado un vuelco al grupo, ya que ha inyectado nuevas ilusiones, energía, y quizá algo de frescura.
Respecto a la canción que da título al disco, podemos decir que une totalmente el protagonismo de la guitarra característica de Placebo, con una batería potentísima, y también instrumentos como el piano que están más cercanos de grupos como Keane, pero que nadie creía poder oír en un disco de Placebo.
En general el disco tiene una potencia que se acerca más a hard rock metalero, con cortes como “Kitty Litter”, “The Never-Ending Why”, o “Julien”, contrastando con temas como “Ashtray Heart” con coros en castellano incluidos, “Bright Lights”, o “Come Undone”, más cercanas al sonido al que nos tienen acostumbrados, aunque no dejan de tener un toque más experimental que la trayectoria musical anterior del grupo.
Quizá se trate de eso, un disco ecléctico en el que se cruzan temas contundentes y rotundos como “For What It’s Worth”, “The Never-Ending Why”, o “Battle For The Sun” con otros que han logrado una evolución del grupo que para algunos será algo turbio, pero que en general ha enriquecido su trabajo, y ha conseguido que no se estanquen en un sonido demasiado habitual en nuestros oídos.
Por Almudena Pizarro
