Second, tan efectivos como fuera de lugar

Anoche quedó demostrado que un teatro no es lo mismo que una sala, y que reventar las 863 butacas que ofrece la Sala Roja de los Teatros del Canal no es algo que esté al alcance de Second por el momento. No hablamos de una cuestión de aforo, porque, aunque el mismo no se completase, la velada tuvo una muy buena entrada para los tiempos que corren. Mas bien la referencia va hacia la prueba de fuego que supone hacer un concierto cercano a las dos horas en un recinto que, definitivamente, no es el suyo.

Salvo contadas excepciones, el repertorio de estos "demasiado sonadores" no está diseñado para degustarlo sentado. Vamos, ni de coña. Y, si no, hagamos un barrido rápido a sus grandes hits: "Rodamos", "Autodestructivos", "Psicopático", "Muérdeme", "Mañana es domingo", "Demasiado soñadores", "Invisible" …
De esa forma, nada más arrancar la noche, el resorte en el culo del respetable que abarrota la platea, es inmediato. ¿Resultado? El teatro se convierte en un quiero y no puedo por parte de los presentes. Quiero y no puedo bailar. Quiero y no puedo escuchar (porque el teatro bonito es, pero de acústica y equipo no va precisamente sobrado: manda cojones, con los precedentes que tiene...). Quiero y no puedo ver a Second en su esencia, la que tanto defienden en sus canciones y tanto presumen en sus intervenciones públicas.

Matizamos, se agradece el esfuerzo por hacer algo distinto, por currarse un set acústico con canciones no habituales en su repertorio: "Sometimes", "Her Diary" … pero no es suficiente. Anoche faltaba escenografía por todos los lados, un equipo de luces a la altura cuando se trataba de atacar su repertorio más espectacular, y sí, también haber adaptado un repertorio tan variado como el suyo al escenario que estaban pisando. Y es que cuando uno pasa de tocar 75 minutos en salas a casi 120 minutos en teatros (en los que en todo momento, la mirada está puesta sobre lo que sucede en el escenario), se tiene que cambiar una serie de cosas en el envoltorio.

¿La respuesta del respetable? Incondicional. Porque ellos se lo han ganado a pulso con el paso de los años, y ahí no hay “tu tía”. Y lo cierto, es que la vista panorámica de los cinco frente a su público pone por momentos, los pelos de punta. Cito algunos de esos momentos: la estrofa final de "Rincón Exquisito", cantada por el público a viva voz; la interpretación de la sangrante "N.A.D.A.", la nostálgica "De Buenos Aires".

La noche había empezado mucho antes con “Mañana es domingo”, “A las diez” y “Demasiado Soñadores”, dejando claro todos los argumentos anteriores. Todo el mundo en pie, las bases atronando. A Sean Frutos no se le escucha con nitidez. Tampoco las guitarras de Jorge GuiraoJavi Lorenzo funcionan como acostumbran, sumergidas al principio por las bases potentes del otro Guirao: Fran. La cosa se entona un poco con “Muérdeme” y el público se calma (un poco, solo un poco) con “En Pequeñas cosas”.

En clave más íntima – semi acústico - sonó "Conocerte", "Sometimes" y "Her Diary" (desconocidas para el grueso del público), "En el viaje", retratista pieza melancólica rescatada de “Fracciones de un segundo”. Y la menos habitual en su repertorio actual: “Tu alrededor”, vitalista, sencilla, en la que Sean salta a las butacas y convierte el teatro en un pequeño gran karaoke.

La traca final es la mejor: "Más suerte" (emotiva), "Invisible" (rotunda, potente, y con un impecable nervio electrónico redefiniéndola), "Watching The Moon" (espectacular, E.S.P.E.C.T.A.C.U.L.A.R. , recordando los viejos tiempos del grupo) y una más de regalo: "Rodamos", perfecto pepinazo para finiquitar … en una sala.

Por si hay alguna duda, quien firma piensa que estos cinco murcianos tienen el mejor directo que se puede presenciar en este país perpetrado por una banda de su pelaje y experiencia. Sin exagerar. Pero llevar sus canciones a un hábitat tan desconcertante como el de anoche, es un experimento fallido que no se sostiene ni ante sus propias ganas de enseñar otra faceta nueva del grupo. Como meter a Iron Maiden en el Búho Real...

Por Kike Del Toro
fotos Paco Manzano