“Ser muy personal te sirve, a la vez, para sobresalir o para que no te conozca nadie”
A estas alturas de la película resulta realmente complicado plantearse una introducción para una entrevista con los sevillanos Pony Bravo. Y es que poco o nada resta por decir sobre ellos que no se haya dicho: Miles de alabanzas sobre sus canciones, irreverentes, poliédricas, socarronas, sarcásticas y por momentos realmente divertidas, hacen imposible aportar datos realmente lúcidos y sobre todo brillantes por novedosos acerca de la trayectoria musical de los andaluces.
Precisamente por ese motivo no vamos a extendernos más de lo estrictamente necesario antes de dejaros con las respuestas que nos enviado Darío, bajista, guitarra y teclista del grupo, después de que semanas atrás le hiciéramos llegar nuestro inquistorial cuestionario.
Eso sí, tampoco vamos a omitir un dato. Después de leer atentamente sus razonamientos nos hemos dado cuenta una vez más de que en las carreras musicales sucede como en la religión. O se cree o no. Y ellos lo hacen con una certeza radical. De ahí que controlen todo lo que rodea a la vida del grupo, hasta el más mínimo detalle, un hecho, que unido al enorme talento que destilan sobre las tablas, hace que nuestra admiración por ellos sea enorme. Tanto que desde años atrás sus canciones nos acompañan casi a diario, convirtiéndoles en uno de nuestros tres grupos favoritos del panorama actual.
Los últimos años han sido de lo más fructífero para Pony Bravo en ellos habéis logrado confirmaros como una de las grandes realidades de la música de nuestro país. ¿Qué valoración hacéis de todo lo bueno que os ha pasado últimamente?
Dario: Estamos contentos porque el proyecto está funcionando y, aunque no nos da para vivir solo de eso, sí que hemos conseguido muchos de los objetivos que nos planteamos al principio: autoedición, eliminar intermediarios, crear un grupo de trabajo estable, publicar en Creative Commons, co-editar, colaborar con otros sellos, con otros proyectos, con otros artistas, tener tiempo para hacer la música que nos gusta…
En vuestras canciones confluyen elementos cercanos a la psicodelia, rock, kraut, pero también hay mucho folclore y hasta música afrocubana “lisérgica” dub, siempre tratados con un claro afán experimental. ¿Cuál es el secreto para realizar composiciones tan heterogéneas y a la vez tan personales?
Darío: Secreto no hay, ahora más que nunca, está todo en internet. Eso sí, le echamos bastante tiempo a la parte de escuchar música, la que le gusta a cada uno y descubrírsela al compañero. Es como un rito, a veces no te gusta un disco hasta que te lo pone tu colega y te cuenta un par de cosas sobre él.
¿Creéis que esa personalidad ese el secreto para sobresalir en el cada vez más mimético panorama independiente estatal?
Darío: Lo primero es no intentar sobresalir. Ser muy personal te sirve, a la vez, para sobresalir o para que no te conozca nadie. Lo suyo, yo creo, es extender los principios que te mueven a todo el proyecto, no solo a la parte guay de hacer la música, grabar, tocar… preocuparte de cómo se mueve tu obra, quién te contrata, cómo son los contratos que firmas, cómo es la gente con la que colaboras… todo esto hace que tengas mucho más control con tu proyecto y lo vivas más. Aunque no es un camino de rosas, por supuesto. Y el panorama es mimético, pero hay muchos panoramas, hay que mirar más. Hay mogollón de grupos nuevos que están haciendo cosas interesantes. Sellos como Discos Humeantes, Gandula… Tampoco hay que perder la esperanza, los músicos pueden renacer de sus cenizas… mira Matthew McConaughey. (Risas)
Dentro de ese panorama os habéis convertido en los “grandes referentes”, sobre todo para muchas otras bandas. ¿Cómo lleváis el hecho de ostentar un título tan significativo?
Darío: ¡Dejarse de títulos y venid con nosotros! (Risas)
Vale, es cierto. Había olvidado que a vosotros ese tipo de calificativos os da bastante igual, como dejáis claro en canciones tan socarronas como “Mi DNI”.
¿Qué os motivó a la hora de hacer una crítica tan certera del mundillo musical y la pose que lo rodea?
Darío: El roce hace el cariño, ¿no? (Más Risas)
¿No creéis que es algo paradigmático el hecho de que al final lo único que pasará a la historia de “Eurovegas” será vuestra canción?
Darío: No pasa nada, no lo hacen aquí, pero Adelson atacará otra vez, en otro lugar. Al final están construyendo islas prefabricadas en aguas internacionales para irse allí a trapichear. Sigue siendo divertido tocarla en directo.
¿Pensáis que al final “las monedas con la cara del (abdicado) Rey” las acabará recogiendo y cambiando por dinero en curso su yerno Urdangarín?
Darío: Eso lleva tiempo haciéndolo, el croupier estaba agobiado… y, al final, ha hecho saltar la banca. (Risas)
Por cierto, ¿cuál de nuestros fantásticos “Políticos Neoliberales” es vuestro favorito y por qué?
Darío: Yo tengo especial debilidad por Wert. Sus gustos musicales son lo más.
Del último disco nos llamó mucho la canción un tema como “Ibitza” a mitad de camino entre Chimo Bayo y la música disco italiano al estilo de Pino D`angio. ¿Qué más cruces imposibles guardan en su cartera de sonido Pony Bravo para sorprendernos en un futuro?
Darío: Bueno… estamos trabajando en ello… Con pony estamos en la recta final de la gira. Vamos a darla caña a Fiera durante una temporada. Y tenemos un proyecto con Fernando Mansilla musicando pasajes de “Canijo”, su última novela.
Al escuchar canciones como “Noche de Setas” y “Ninja de Fuego”, vuestra particular adaptación del clásico de Manolo Caracol, uno se da cuenta de que esos temas solamente podrían haber cobrado vida en una ciudad como Sevilla, que ha tenido el placer de alumbrar el talento creativo de grandes bandas y solistas como Triana, Smash o Silvio, entre otros muchos. ¿Os sentís en cierta medida herederos de lo que ellos hicieron tiempo atrás?
Darío: Por supuesto, todos heredamos esa cultura. En todas las ciudades ha habido grupos míticos que han inspirado a los siguientes, siempre hay una herencia cultural local en la que apoyarse.
Aunque no falta quien habla de paralelismos con No me Pises que llevo Chanclas, una comparación que particularmente nos mola mucho por ese humor tan socarrón y crítico que ambas bandas destiláis. ¿Qué os parece a vosotros?
Darío: Los chanclas son lo más grande. Cualquier comparación con ellos hace que nos pongamos coloraos.
Incidiendo en nombres de mártires del rock sevillano. ¿Cuáles de los “clásicos sevillanos” podríamos citar entre vuestros favoritos de siempre?
Darío: Últimamente nos ha vuelto a dar la fiebre de Silvio. Es nuestro Tom Waits, nuestro Mark E. Smith, nuestro Elvis…
Me vais a permitir una última pregunta acerca del diseño de vuestros discos, creo que es otro de vuestros rasgos más característicos, un elemento que corre a cargo de Dani y donde unís imágenes que beben de nuestro folclore con elementos de culturas externas. ¿Qué buscáis a través de unir estas imágenes impactar o directamente generar polémica?
Darío: El arte de la remezcla no es nada nuevo, de hecho, es así como avanza la cultura. Dani trabaja con una idea para cada cartel con un enfoque de humor y cultura crítica.
Por: Javier González/javi@elgiradiscos.com
Fotos: Celia Macias.