Treinta años han pasado ya, ahí es nada. Tres décadas de tiempo las que han llovido desde que viajamos “Camino Soria” por primera vez para encontrarnos recorriendo por tierras castellanas los distintos estados de ánimos que conoce el corazón, bajo el particular prisma del rock español que desarrollaron unos Gabinete Caligari en pleno estado de gracia creativa y que ahora vuelve ser de total actualidad gracias a ésta esforzada reedición que nos trae Warner.
Un conjunto perfecto que sigue reluciendo tanto en el aspecto lírico, con la mejor herencia de la prosa nacional balanceándose en los surcos de cada una de las letras, firmadas por la terna Urrutia-Clavo-Presas, como en lo musical, donde el influjo de los Beatles sobrevuela cada nota, sin olvidar las clases recibidas al calor de la escucha de The Doors, Velvet Underground, Frank Sinatra y el resto de referencias cercanas que forjaron el imaginario Caligari, hasta desembocar en una maravillosa portada en blanco con rotulación negra, rematada en un conjunto fotográfico que saludaba al alba soriano con el trío mirando con su habitual pose altiva a la cámara tras la que ejecutaba su función otro grande como Alberto García-Alix, dotando de la cohesión necesaria al mensaje que encerraban las nueve canciones del álbum.
Desde el envite inicial de "Pecados Más Dulces que un Zapato de Raso", inspirada en un poema de amor escrito por Eduardo Haro Ibars, donde siguiendo la senda y los pasos del caído, glosan los pecados capitales en uno de los temas de amor más bellos de nuestra música, pasando por su acercamiento al swing castizo, vistiendo el traje de Sinatra, que es "Suite Nupcial", con retranca y sentimiento, rompiendo en la absoluta emoción de "La Fuerza de la Costumbre", con sus icónicas subidas y la rebeldía de fraseos míticos como aquel que reza, "sin norte ni mitos que seguir/ a capricho del azar crecí/ como las hojas secas que el viento esparce por ahí", absolutamente insuperable.
Demostrando el dolor y el sentimiento de fraternidad que les unió en la más alegre elegía jamás escrita bajo el título de "Tócala, Uli", dedicada al saxofonista que durante tantas noches les acompañó, Santiago Ulises Montero, al que convirtieron en mítico, hasta el punto de habérnosle hecho familiar a todos aquellos que jamás le conocimos, para al instante acercarnos al ambiente arrabalero, descorazonador y kafkiano de "La Suerte es como un Pez", entre bandoneones y aromas a tango, antes de invitarnos a sentir "La Sangre de tu Tristeza", donde tras una escucha inicial cualquiera hubiera firmado ser aquel desgraciao, inmediata, efectiva y eterna.
Sabiendo mostrarse delicados y dulces con la genialidad, en forma de joya chiquitita que es "Saravá", antes de la reivindicación personal, aunque sin abandonar la temática amorosa, que supone "Rugido de Tigre".
Capítulo a parte merece la composición, en mayúsculas, que da título a ésta obra magna de nuestro arte. Y es que "Camino Soria" es la sublimación hecha canción. Compendio de maravillosa apertura y final exquisito, perfecto medio tiempo, que sabe crecer hasta expandirse al cielo, donde cada frase tiene sentido y sentimiento, aún hoy sigo sintiendo que su final es hipnótico, mientras en la cabeza resuenan ecos de Bécquer y Machado, donde la soledad es el lugar común y donde, claro está, el olvido del amor sigue curándose en soledad.
A todo ello hay que añadir en ésta nueva reedición una mejora en el sonido, gracias a la remasterización llevada a cabo por Jesús N. Gómez, productor del álbum, que además presenta añadidos en formato textos, donde disfrutaremos de la prosa de Jaime, Edi y Ferni, además de Loquillo entre otros, y alguna que otra foto inédita, que no hacen sino hacer todavía más apetecible la adquisición de ésta nueva copia.
"Camino Soria" sigue siendo el gran disco de la historia del pop-rock nacional. Un maravilloso compendio de grandes letras, de profundo sentimiento, arropando a un conjunto enorme de canciones. Nueve cortes que conocemos al dedillo, pero con la particularidad de que aún hoy nos siguen descubriendo su enormidad. Atemporal, único. En palabras de Edi Clavo, un clásico. "Camino Soria", sin más.