Full: "Desconexión"


Por: Javier Capapé. 

El de Full no es un caso aislado. Antes de ellos han abandonado tras años de carrera Second (con cinco lustros a sus espaldas y el reconocimiento de un público fiel), Izal (en este caso quizá por la decision de emprender una carrera en solitario por parte de su líder), Miss Caffeina (sugieren más bien un "hasta luego", ya que no han dejado de ser noticia desde su gira "Sayonara Baby" con la que anunciaron su parón) o El Columpio Asesino (que se encuentran en pleno tour de despedida). Los sevillanos, encabezados por Javier Valencia, dijeron adiós a los escenarios a principios de 2023 con seis conciertos en Córdoba, Valencia, Alicante, Madrid, Granada y Sevilla. La decisión de Full tuvo que ver con el agotamiento de la fórmula, con la falta de un reconocimiento algo mayor o de un insuficiente grado de relevancia que les permitiera dar el salto definitivo. Un grupo con un gran potencial y unas canciones con momentos sublimes, con técnica y carisma, pero desconocidos para una gran mayoría fuera del ámbito de los festivales del mundillo, cuando su propuesta no distaba tanto de lo que en su día llevó a lo más alto a Vetusta Morla, grupo con el que más se les podía comparar por el timbre de su vocalista y la personalidad de sus guitarras. Sin embargo, Full tuvieron que echar el cierre y claudicar, no sin antes dejar tres magníficos álbumes eternos y muchos grandes conciertos a sus espaldas. 

Aún recuerdo el efecto que me provocaron la primera vez que los escuché en el festival Polifonik de Barbastro. Fueron un flechazo. Amor a primera vista. Tardé sólo unas horas en volver a casa del festival y hacerme con sus dos primeros discos. "Mi primer atraco" era increíble. Me hacía flotar. Sus canciones eran pura seducción. Sin duda sabían manejar los cánones del pop-rock más impulsivo y mordaz a la vez que conmovían con las emociones que despertaban. "Tercera Guerra Mundial" era mucho más incisivo, pero igual de convincente, y poco después, con "Capadocia", parecían haber encontrado la justa medida que mezclaba la actitud independiente con el sabor generalista. Podría haber supuesto su impulso definitivo, pero no fue así. Tras la larga gira de este disco (pasando de nuevo por numerosos festivales), el grupo se planteó parar. Dedicarse al cien por cien a sus otros menesteres dejando en la orilla la música. No iba a dejar de moverles, pero en ocasiones las fuerzas no dan para más y puede ser mejor una retirada a tiempo, por mucho que duela. Por mucho que nos duela a todos. 

Su despedida en forma de disco se ha hecho esperar y tan solo se ha manifestado en streaming, pero la necesitábamos. "Desconexión" recoge un resumen de esa gira de despedida que con este mismo nombre dio la banda en 2023. Doce canciones que recogen el espíritu de esos conciertos que fueron más bien una celebración con sus seguidores que una triste despedida. Un año después de colgar las guitarras, Full nos regala un directo que muestra a la perfección la actitud que siempre imperó en sus directos. Su buen hacer y poder de convicción con aquellos que lograban acercarse a su propuesta. No era fácil descubrir a Full, pero una vez llegabas a ellos no los abandonabas nunca. Como tampoco vamos a abandonarlos ahora que ya no están en nuestros festivales ni en nuestras salas. 

Desde que arañan las guitarras en "Penúltimo escalón" quedamos atrapados por la contundencia de su discurso y sus himnos imbatibles. Y si no que me digan qué es "Será mejor" si no un himno, o "Mejor opción", por poner otro ejemplo de los que tenemos en este sensacional registro en directo grabado en la sala Jaguar de Madrid el 10 de febrero de 2023. La comunión con el público se siente a la perfección en estas canciones, siendo los propios asistentes a este concierto tan protagonistas como los cuatro miembros originales del combo: Javi Valencia, Bubby Sanchís, Jesús y Jaime Gutiérrez

Les llamaron la banda del crecimiento silencioso, pero este directo no tiene nada de silencio. Es todo energía. Contiene bajadas de ritmo más emocionales, como ocurre con "Historia perdida" (¡Cuánto me recuerda a "Maldita dulzura"!) o "Atraco", pero apenas hay respiro en esta sucesión de canciones potentes y genuinas. "Aullando", "Quiénes somos realmente" (con un público totalmente entregado) o "Alabama" (con esa intro de guitarras que parece que va a conducirnos al abismo) no hacen más que constatar que esta banda exprimía auténticas perlas. Algo similar ocurre con "Alfombra roja", el que fuera uno de sus últimos singles heredero del rock alternativo de los noventa, o con "Distintos", una declaración de principios de una banda ante todo honesta y humilde ("Somos tan distintos y de indomables casi iguales"), que aún sabiendo lo que tiene entre manos, siempre encontró su sitio sin "perder la estabilidad" y agradeció todo el cariño recibido por su público, algo que es en sí mismo el fin último de esta "Desconexión". 

Si queremos rendirnos al clasicismo pop podemos optar por "Otra vez", con uno de esos estribillos tan redondos que tan bien saben afrontar los sevillanos, y si preferimos dejar plasmado el sentimiento de abandono y desolación, como la que nos deja el final del grupo, subamos el volumen en ese remate acelerado e impulsivo que cierra el disco, así como cerró su carrera en directo, su auténtica despedida en forma de canción casi perfecta con ese "Adiós" que da definitivamente al botón de desconexión. El grupo convierte en palabras su agradecimiento al público, al que le hace responsable del verdadero éxito de Full, porque "sin su amor, sin su apuesta, sin sus orejas y sin su alma, en definitiva, sin su música (la que comparten banda y público) no hubiesen llegado a ser absolutamente nada". Esas son exactamente las palabras que usa Javi Valencia antes de cerrar el telón. No se corta al asegurar que llevarán por siempre a su gente en el corazón, como también haremos nosotros, porque Full nos ha dejado música maravillosa, de la que perdura. Quizá esta desconexión sea solo temporal, quizá sólo necesiten hallar su lugar dentro de una industria que ha cambiado algunas de sus reglas no escritas tras la pandemia (uno de los motivos con los que argumentaban su parada). Nosotros, mientras tanto, seguiremos tendiéndoles la mano. Seguiremos esperando mientras nos adentramos una y otra vez en su legado, en su particular Derinkuyu.