Pulp: “More”


Por: Àlex Guimerà. 

A priori, el nuevo disco de Pulp era uno de los grandes alicientes del presente curso musical, sobre todo por los años que hacía que no publicaban material nuevo. La banda de Jarvis Cocker se separó tras publicar "We Love Life" en 2001 y no volvió a juntarse hasta los conciertos en 2011, en primera instancia, y posteriormente en 2022. Entre medio, pasaron muchas cosas. La peor de ellas fue el fallecimiento de su bajista, Steve Mackey, quien no formó parte de la última reunión y a quien va dedicado el nuevo álbum. La mejor, quizás, sea el hecho de que, a lo largo de los años, el carismático Jarvis no haya perdido su condición de leyenda del indie pop. Esto lo ha acompañado con la publicación de material interesante en solitario, como "Jarv...is" (2006), "Further Complications" (2009) o el afrancesado álbum "Chansons d’Ennui Tip-Top" (2021). También cabe destacar su cameo en la saga de Harry Potter, en forma de banda (sus Weird Sisters actúan en "El Cáliz de Fuego", 2005).

Además, hemos tenido tiempo de leer su autobiografía "Buen Pop, Mal Pop", pero todo nos ha parecido poco para una banda que tanto nos impresionó en los noventa, cuando la mayoría los descubrimos, a pesar de llevar ya una década en activo. Fue con la secuencia "Intro" (1993), "His 'n' Hers" (1994) y, sobre todo, con el icónico "Different Class" (1995), encadenado que dio paso al notable "This Is Hardcore" (1998), digno sucesor de aquella obra magna. Canciones como “Babies”, “Razzmatazz”, “Common People”, “Disco 2000” o “Help the Aged” regaron la década en los Discman, las radios y las pistas de baile, para finalmente ser rescatadas en las mencionadas reuniones de la banda a modo de ejercicio de nostalgia.

Por eso, hay que plantarse bien y reflexionar sobre qué pueden —o deberían— ofrecer los de Sheffield en plena era post-Brexit, de la inteligencia artificial, del reguetón, del segundo mandato de Donald Trump y del calentamiento global. Sus fans ya pasan la cuarentena (como mínimo), y la gran mayoría ya no acuden a las discotecas. Han transcurrido 25 años, y el mundo ha cambiado por completo.

De ahí que me atrevo a afirmar que "More" encaja bastante bien en su tiempo y, de hecho, enlaza con bastante naturalidad con el punto en el que la banda lo dejó en el lejano 2001. Si bien se trata de un disco maduro, que gana con las escuchas, no es un trabajo que se digiera a la primera: incluso tiene algún tramo tedioso y, por momentos, le falta cierta espontaneidad y frescura característica de los mejores momentos de la banda. Pero si uno escucha con atención el notable "We Love Life", percibirá esas ganas de experimentar y buscar nuevos caminos que rehúyen del estribillo fácil y pegadizo. Y eso es exactamente lo que encontramos aquí, con 25 años más de experiencia a sus espaldas.

Grabado el año pasado en los estudios Orbb (Londres) bajo la supervisión y dirección del productor de moda James Ford —habitual de los Arctic Monkeys y responsable de rejuvenecer los últimos pasos de Blur, Pet Shop Boys y Depeche Mode, además de haber catapultado a bandas como Fontaines D.C. o The Last Dinner Party—, el trabajo de estudio se escucha nítidamente en la pulcritud y el cuidado de las once nuevas canciones (doce en la edición japonesa), compuestas por Jarvis y los suyos. En ellas colaboran un viejo amigo y miembro de la banda, Richard Hawley (a la guitarra), así como el polifacético Chilly Gonzales.

De buenas a primeras nos encontramos con la que es, seguramente, la mejor canción del álbum y la más digna sucesora del legado de Pulp: hablamos del single de adelanto “Spike Island”, una pieza de melodía pegadiza en la que el dramatismo vocal de Jarvis se entrelaza con unos ritmos electrónicos. Aunque, si hablamos de dramatismo, nada mejor que una canción de deseo del antihéroe como “Tina”, con sus subidas y bajadas y esas modulaciones de voz que tan bien domina Jarvis. Como si hubieran reservado las mejores piezas para el principio, aparecen los estribillos de “Grown Ups”, donde reflexionan sobre la madurez, sostenidos por una excelente base rítmica de violines, especialmente lúcidos en la barroca “Partial Eclipse”.

“Farmer’s Market” tiene esos aires de musical; “My Sex” presenta "groove" mientras los susurros de Cocker narran una letra entre lo absurdo y lo humorístico. “Got to Have Love” es una versión 2.0 de su F.E.E.L.I.N.G. C.A.L.L.E.D. L.O.V.E., con un guiño directo al deletrear nuevamente la palabra “love”. “Background Noise” podría pasar por una pieza de Nick Cave, y “A Sunset” es una bonita oda al ocaso de la vida que refleja el carácter melancólico de estas nuevas canciones. Por cierto, prestad atención al inicio de la canción y os entrarán ganas de beber Coca-Cola.

¿Es "More" un disco malo? En absoluto. ¿Esperábamos más del regreso de Pulp? Podría ser, si lo miramos desde la nostalgia, convencidos de que los tiempos pasados siempre fueron mejores. Pero lo cierto es que, a pesar de no contener grandes éxitos pop, es un trabajo arriesgado que huye del camino fácil, para dar una nueva vuelta de tuerca a la carrera de esta maravillosa formación, sin que por ello pierdan su identidad.