Como cada año al acercarse tan triste efeméride sentiremos un nudo en la garganta y una profunda punzada en el corazón, tan solo atenuada por la bonita iniciativa que ha llevado a cabo Chencho Fernández al componer una canción en honor a Toño y Pepe llamada “9 de mayo”, grabada y cantada en compañía de Los Fusiles. Un auténtico trallazo pleno de rock and roll, cargado de emoción y con una letra llena de simbolismo que merece ser escuchada con nuestra pose más chula, mientras lanzamos un beso al cielo con el pulgar regado por el sabor a bourbon y el humo canalla de las noches crapulosas de quienes nacieron en La Elipa, convirtiendo Ventas en su reino huérfano tras la partida de semejante derroche de talento cheli.
Antes de dejaros escuchar la preciosa composición os invitamos a leer las sentidas palabras de Chencho Fernández sobre el tema:
“De naturaleza resplandeciente y explosiva, con aroma a flores silvestres y el descaro sensual y lozano de la primavera, el 9 de mayo es una fecha poco deseable para bajarse del mundo. La casualidad quiso, en cambio, que ese día muriesen dos de las figuras más honestas, brillantes y decisivas de nuestra música, Toño Martín y Pepe Risi, alma y corazón de Burning. El primero se marchó en 1991 y el segundo sólo unos años más tarde, en 1997.
Fue un 9 de mayo pandémico, con el mundo patas arriba, cuando recordé la irónica coincidencia de que estos dos grandes desapareciesen ese mismo día. Con la televisión vomitando otros números fatales y el cuerpo primaveral encerrado entre cuatro paredes, compuse una canción que surgió como un reconocimiento urgente a dos tipos que fueron también alma y corazón de aquello que con todas sus letras podemos llamar rock español.
Conmovido, agradecido, sobre todo por el adolescente que fui y que tantos días se refugió en ellos, además de con la convicción de que hay algo terriblemente poético en esa doble efeméride, quise escribirles un tributo que es, al cabo, un homenaje a la amistad que ambos mantuvieron. Y ya desde el primer verso tuve en mente llevarlo a puerto con la energía de una de las bandas que más admiro, Los Fusiles.
El grupo liderado por mi camarada Pablo Cuevas comparte con los Burning la honestidad, el entusiasmo, la actitud y la valentía a la hora de proceder. Sus canciones se despliegan ajenas a modas y levantan un universo narrativo y musical imprescindible y felizmente desconectado de lo que sea que suene en las radiofórmulas. Ambos, Burning y Fusiles, pueden atribuirse el mérito de ennoblecer algo que tiende a envilecerse con premura, el arte de tener un grupo de rock y de ser fieles a sus principios.
Juntos nos hemos calzado la chupa de Burning para dar forma a un gustoso atrevimiento con el que saldo una deuda con mis propios recuerdos de pelo largo, al tiempo que honramos su memoria y cantamos a una de las cosas más hermosas de la vida, la amistad. La de ellos dos. Y también la nuestra.”
Letra:
Es nueve de mayo
y aún es invierno en esta primavera.
Es nueve de mayo
y en el bulevar ya nada es lo que era.
Es nueve de mayo,
sale la luna por Briviesca
y se abre un rayo por La Elipa,
el corazón esquiva
balas que llevan tu nombre...
Es nueve de mayo
y eres como un extraño
nuevo en tu ciudad.
Aquí nieva todo el año,
hay bailes para iniciados
en la oscuridad.
Es nueve de mayo,
que nadie diga que ya no existen
porque esta noche no estamos tristes
y mañana es domingo
y la memoria nueva
nunca se muere...
Porque hoy es nueve de mayo,
¡que hoy es nueve de mayo!
Es nueve de mayo,
un sábado solitario
para estar de fiesta.
El Toño estará tocando
el cielo de madrugada
con la herida aún fresca.
Es nueve de mayo,
y cuando al Risi le apetezca
con él tiemblo hasta que amanezca
porque el fuego está vivo
y él será testigo
hasta que desfallezca...
Porque hoy es nueve de mayo,
¡que hoy es nueve de mayo!
Porque hoy es nueve de mayo,
¡que hoy es nueve de mayo!