En recuerdo a Iñaki "Glutamato" Fernández


Por: Javier González. 

El cielo de Madrid amanece grisáceo y plomizo, encapotado y rabioso. De pronto rompe a llover en la Avenida de América al tiempo que alguien me envía un whatsapp con pantallazo del perfil de X del mítico Julio Ruiz anunciando el fallecimiento de Iñaki Fernández, mítico líder de Glutamato Ye-Yé. Algo se rompe incomprensiblemente en mi interior mientras pienso en lo paradigmático que resulta que uno de los rostros más reconocibles de los grupos de la Movida nos haya dejado precisamente hoy. Él que con su banda y actitud ayudo a la ciudad a dar un salto al color, dejando a la espalda una época de atraso, nos abandona precisamente en un día que parece sacado de otra época mucho más amenazadora. 

Y lo cierto es que las calles de Madrid lloran a un tipo peculiar y talentoso, dotado de un carisma y personalidad arrebatadora, tal y como afirman aquellos que le han tratado más de cerca. Algo que demostró con Glutamato Ye-Yé, un proyecto irreverente y desconcertante, repleto de humor que le dotó de fama junto a Ramón Recio, Patacho Recio, Eugenio Haro, Jacinto Golderos y Carlos Durante. Todo ellos en compañía de Sindicato Malone y Derribos Arias formaban parte del eje más divertido y desenfadado de la madrileña movida sin por ello perder de vista el punto crítico, siendo la alternativa morbosa a lo establecido, aparecida bajo el acertado nombre de “Hornadas Irritantes”, para disgusto de los babosos, como llamaban despectivamente a los amantes de un pop-rock más básico y edulcorado, alejado del sentir epatante y bizarro de su propuesta, algo que demostraron gracias a temazos como “Un Hombre en mi Nevera” o “Todos los negritos tienen Hambre (y Frío)” hasta el momento de la primera separación de la banda en el año 1986, tras publicar “Vive Subida”. 

En 2008 la formación volvería a retomar la actividad con Iñaki y Patacho al frente, atacando una serie de conciertos con los que volver a reverdecer viejos laureles, paseando de nuevo sus míticas canciones. 

Hoy nos despedimos de Iñaki con suma pena. Seguimos viendo desaparecer a emblemas de aquel Madrid que un día fue, pero que ya no existe. Echaremos de menos tu peculiar bigote y gabardina, también la fina socarronería de la que hacías gala. Ojalá tu partida permita que en las gradas del Metropolitano vuelva a atronar el “Soy un socio del Atleti” que popularizaste de manera más recurrente. Dale un abrazo a Arteche y otro a Poch de mi parte. Nos vemos en el tercer anfiteatro, Iñaki. Descansa en paz.