Pablo Und Destruktion: “Este es un disco muy ácrata y libertario en el sentido católico del término”


Por: Javier González. 

El sentir orgulloso y libertario retumba en cada frase que sale por la boca de Pablo G. Díaz., sabe por experiencia propia que llevar adelante una carrera independiente es algo muy costoso, pues el camino está lleno de piedras para aquel que ha decidido vivir y pensar a su manera. Más si cabe en un país como España, donde las terceras vías suelen tener como destino final la fina traición burguesa o la triste estampa de verse enfrentado ante un pelotón de fusilamiento, ya sea literal o metafóricamente hablando.

Con su alter ego Pablo Und Destruktion encarna a la perfección la figura del disidente. Es ahí donde mejor muestra al hombre de mirada crítica que vive ajeno a dictados y mantras, enarbolando fielmente su particular bandera roja y negra, la cual nos enseña satisfecho mientras le canta a ideales pequeños desde un terruño astur con este nuevo “Te quiere todo el mundo”, un fenomenal trabajo donde lejos de cualquier atisbo de condescendencia deja ver su particular y crítica visión del mundo actual entre sonoridades propias de un macerado rock de autor.

Semanas atrás nos pusimos en contacto con él para hablar largo y tendido sobre su nueva colección de canciones y también de alguna que otra verdad incómoda, perfectamente desdibujada por gentes poderosas que no hacen gala del ideal caballero. Ahora hacemos vuestro el resultado de la misma donde se ajusta alguna que otra cuenta pendiente por parte de un paisano bien leído, capaz como pocos de sobrevivir siendo un lobo entre peligrosos corderos, luchando por erigirse en una suerte de figura del buen pastor moderno capaz de guíar al rebaño en busca de un sendero más libre y menos binario.

¿Cómo estás, Pablo? ¿Qué sientes ahora que por fin “Te quiere todo el mundo” está en la calle? 

Pablo: En general tengo el punto de que los discos son como invocaciones. Me estoy encontrando en general buenas palabras, una grata acogida y mucho cariño, algo que no era muy común hace no mucho. Parece que está habiendo cierto efecto en la sociedad, un cierto cambio en varios aspectos y quizás también en el cultural. Es una sensación que estoy notando tanto en lo macro, llamando la atención en prensa con muchas reseñas, como la que hicisteis para “El Giradiscos”, donde encima me pilláis, cosa que antes no pasaba, porque notaba que escribían sobre mí con buena voluntad, pero no pillaban del palo que iba. Como también lo estoy sintiendo con gente cercana, amigos y familiares, que me muestran su satisfacción por el nuevo trabajo. Creo que todo va bien, siento que estoy en marcha. 

“Vivimos una época de decrepitud” 

No me apetecería caer en los tópicos habituales de los malos entrevistadores, pero veo inevitable hacer referencia al título, “Te quiere todo el mundo”, lleno de ironía y sarcasmo. ¿La intención era empezar fuerte desde el principio?

Pablo: El título salió, sin más. Intenté en este disco de no arrogarme demasiado la autoridad y búsqueda de la inspiración de las canciones ni del título, mediante un proceso profundo a nivel teológico. En definitiva, busqué dejárselo a la providencia que es como la última de las polaridades que tenemos en un mundo polarizado. El Dios gran arquitecto y el Dios de la gracia y providencia. Este último se encarnó en Javi Ferrara, vocalista de Parquesvr, que se puso a cantar “Pablo Und Destruktion te quiere todo el mundo” en la edición del año pasada del Festival Prestoso, donde volvía tras años sin tocar en festivales. Me sonó bonito, absurdo y como revulsivo, tenía un componente papal y religioso, algo a lo que doy muchas vueltas. También la muerte del papa Francisco que preveía que podía ocurrir y ha ocurrido en la semana de salida del disco ha estado presente y también lo apocalíptico de la propia portada que está presente en el subtexto de “Te quiere todo el mundo”. Vivimos en una época que hay muchos odios y también son cíclicos, igual que los sesenta eran una época de florecimiento porque veníamos de la Segunda Guerra Mundial, ahora vivimos una época de decrepitud porque llevamos una época larga de paz. Creía que el título que le salió a Ferrara del alma estaba muy bien y lo escogí, así que no era pensado para nada. 

“Acomplejar al otro acerca de su fuerza y virtud es parte del chantaje emocional permanente en el que vivimos” 

Tampoco quiero dejar de hablar de la portada del mismo, donde un lobo es atacado por un grupo de ovejas con los ojos inyectados en sangre. ¿Qué querías reflejar con esa portada? ¿De quién es el arte? 

Pablo: También es un poco casualidad. Estaba procastinando y me apareció la imagen más ortodoxa del cordero de Dios en un gesto pacífico dejándose devorar, algo que representa al Jesús de la primera venida. En los tiempos de la segunda venida ya no trae la paz, viene a enfrentar, a convertir su propia lengua en espada e intervenir en el período y juicio final. De esa manera marca una voluntad divina, que no nos estemos sacrificando y chantajeando emocionalmente para tener chivos expiatorios en nombre de Dios, algo que se sigue haciendo. Eso ocurre hasta que vuelve a aparecer Dios para poner orden. Hay una inversión de la realidad, donde muchas ideas han pasado de la izquierda a la derecha y viceversa. Parece que los jóvenes son más de derechas y muchos viejos son más de izquierdas. Se dan la vuelta muchas cosas y yo quería darle la vuelta al hecho sacrificial, que fuera el borrego el violento porque realmente lo es. Había pensado si dejar al lobo tranquilo mientras le mataban, decidimos dejarlo lobezno para que desarrolle su fuerza y que se enfrente a todo lo que supone estar solo. Creo que sobre todo por parte de estos borregos humanos que son peor que los animales, los cuales son unas magníficas criaturas. La portada es fruto de estas reflexiones compartidas con Pablo Gallo, ilustrador de portada y contraportada, que también había hecho la portada de mi libro, “La Mente Colmena”. Este disco es el epílogo de ese libro publicado en 2018 que preveía esta caída en desgracia con referencias a cosas que han pasado. En este trabajo quiero estar más allá del apocalipsis, que doy por supuesto e inevitable. No puede ser que una sociedad regida por líderes tan sumamente cafres, miserables, demagogos, psicópatas e hipócritas permanezca estable. Se derrumbará y del derrumbe surgirá un nuevo mundo. 

Atendiendo a las letras y parte de la iconografía del disco me ha sorprendido ver que tienes el cristianismo presente en tu día a día. 

Pablo: Sí, sí, totalmente presente como asturiano que soy, cosa que influye. No soy muy religioso en el aspecto dogmático, pero trato de tener la fe viva, que es el objetivo final de la religión, algo a lo que se llega por el arte y las experiencias místicas varias. Entender la religión como una dimensión social de la magia y la magia como una forma de hackear e intervenir en la realidad que se puede abrir y hacerse universal, que es lo que significa católico, más allá de las cuestiones jerárquicas, iniciáticas y ocultistas. Parte de la labor del trovador es precisamente el desocultismo, hacer universal lo que permanece en secreto. Hay que atreverse a revelar secretos y decir verdades a pesar del castigo de los custodios. Para mí todo eso está en el cristianismo, la verdad y la vida, la importancia de la confesión. Me gusta y lo tengo presente. 

“Trato de romper el mundanal ruido lleno de grupúsculos y falsas polaridades y dialécticas” 

Hablando de las temáticas generales, este disco es puro arte, las composiciones remueven, conmueven e invitan a pensar acerca de la situación actual del mundo; también te acercas a un amor alejado del ideal burgués, reivindicando las pequeñas cosas y un cierto individualismo comunitario, aderezado con un nacionalismo popular y orgulloso. ¿Te parece una buena definición de lo que nos has entregado? 

Pablo: Para dar definiciones estáis los periodistas, ni yo mismo lo sé explicar muy bien. Muchas veces tengo contradicciones ideológicas, a veces deliberadas y otras no. Trato de romper el mundanal ruido lleno de grupúsculos y de falsas polaridades y dialécticas. Lo hago como individuo y comunidad. Una comunidad es fuerte y una patria, un concepto que reivindico porque es más cualitativo y sentimental que el de nación, que tiene una dimensión política. Una patria es fuerte si las personas que la componen lo son y una nación es soberana si su gente lo es. Y la soberanía última es respecto a nuestros propios deseos, elemento que aparece en algunas canciones como “La reacción sexual”, donde cito al adversario, Satanás, el tentador venido para debilitarnos. Me gusta mucho la polisemia que viene dada por el inglés “devil” - diablo y “débil” - debilidad. Trato de aglutinarlo. Persona fuerte como acto de servicio a la comunidad en la que está. Siempre me chirrió mucho la crítica desde la izquierda que dice, “estamos en una sociedad muy individualista”, ojalá fuera así. Estamos en una sociedad muy egoísta y borrega, estimulada por los magos negros de lo audiovisual contemporáneo, que son los “artistas contra la cultura”. Ellos nos convierten en dóciles y sumisos a lo que nos pongan por delante, ya sea un apagón, una pandemia o lo que quieras. Si fuéramos individualistas tendríamos la capacidad de decir que no, algo que se ha denostado con el término “negacionista”, y la sociedad tendría opciones de negociación con el poder, cosa que no es así, a la vista está. 

“En Paco Ibáñez hay algo muy punk” 

Musicalmente hablando, lo has presentado entre sonoridades propias del rock de autor y ramalazos folks traídos hasta nuestros días que por momentos retrotraen por igual a Javier Corcobado, David Bowie, Nick Cave and the Bad Seeds y a la primer época de Roxy Music, antes de que Brian Eno abandonara la nave; o a paisanos tan loables como Nacho Vegas, pero encerrando la capacidad de emocionar y tocar la fibra sensible que siempre mostró la magia del inmenso Paco Ibáñez en “La poesía es un arma carga de futuro”, original de Gabriel Celaya, o “La mala reputación” de George Brassens, por citar solo un par de ejemplos a los que se acerca con total acierto y personalidad tu espíritu punk. 

Pablo:
Para mí todos los nombres citados, con alguna excepción que me voy a callar, muestran el mismo arquetipo desde distintas estéticas. Representan al tipo europeo y occidental muy cristiano. Ni más ni menos que al paisano Contreras, toca huevos que hace lo que quiere con amor y arrogancia, pero generosamente. Creo que en Paco Ibáñez hay algo muy punk. Sería un salto de lo más puro y básico, primitivo, a algo más experimental y rockero orquestal como Nick Cave. También me gustan Scott Walker y Jacques Brel y algunas mujeres del folk contemporáneo. En definitiva, personas hablando de su vida y buscando lo universal en lo íntimo, metiéndose dentro de sus conflictos. No son referencias tan alejadas unas de otras, hay algo en común. 

“No puede ser que una sociedad regida por líderes tan sumamente cafres, miserables, demagogos, psicópatas e hipócritas permanezca estable” 

El disco se abre con “Una proposición decente”, que encierra un arreglo que es delicia pura, de los mejores que recuerde en tu discografía. Mostrando una delicadeza que da paso a una letra marca de la casa que es un ataque contra el mundo actual y una reivindicación del amor pequeño. 

Pablo: Sí, me gustó lo que decías. Tras muchas vueltas teológicos, comprometidas y atrevidas por mi parte, en el proceso de composición exploré desde los sectores más rigoristas y tradicionalistas de la iglesia, a los más herejes y aperturistas, todos en primera persona. Me quedo con la “fe sencilla”, un título que barajé, pero que vino después del elegido finalmente. A mí lo que me gusta y me tiene comprometido porque veo lo divino en ello, es la fe sencilla. La de botellina de sidra y carballeira. La que veo en pequeños gestos de amigos cercanos que convierten en divino a cualquier persona. Una conclusión a la que he llegado tras tantos años de lavado de cerebro generalizado desde el 11S sin parar. Es el compromiso con la “fe sencilla” es lo que se propone en esa canción que es como el prólogo del disco. 

En “Soy una persona tóxica”, amenazas con “apuntarte a la Cruz Roja, al PSOE o a una logia masónica”. Por cierto, ¿con cuál de las tres te quedarías de tener que elegir? 

Pablo: Son lo mismo en distintas dimensiones. Una más teológica, otra política y la civil. Son formas de enfrentarse al sacrificio, cosa que es muy importante. Luego digo lo de “tirar al niño al mar para salvarlo”, algo que opera muy cotidianamente en muchos filántropos. Crear un problema para el que ya tienen una solución que hará comprometer al que sufre el problema con él. Me parece lo más tóxico de todo. 

“Lo peor no es pasar por el aro, lo peor es convertirse en el aro” 

En “artistas contra la cultura” lanzas una pullita a compañeros que lejos de ejercer como artistas libres, rinden pleitesías a grupos de poder bien remuneradas. Aquí apelaría a Oscar Wilde y su obra “El Alma del Hombre Bajo el Socialismo”. ¿Es algún tipo de arte compatible con las subvenciones? ¿Cuántos amigos dentro del gremio crees que se van a cabrear con este temazo? 

Pablo: Ha habido cosas muy vergonzosas durante todos estos años. Creo que se van a cabrear pocos y tienen muy buenas razones para hacerlo. Trato de tener buenos amigos, pero hay ciertos comportamientos que ya son deliberadamente traicioneros que no tienen un pase. Lógicamente vivimos en el mundo y hay que sobrevivir. La cuestión es por qué se hacen las cosas. En el minutaje lo voy desarrollando. Todos somos pecadores, por eso abro con “Soy una persona tóxica”, hablando de lo mío, después toco lo de los demás, “Artistas contra la cultura”, luego vemos cómo solucionar el lío montado. Lo peor no es pasar por el aro, algo que todos hacemos, lo peor es convertirse en el aro, cosa que hacen algunos que serán los que se molesten con la canción. Los que saben que son el aro a través del que pasa el pueblo trabajador que no tiene tiempo para dedicarse a la lectura del simbolismo y la teología. Hay voluntades e intereses, es fácil autoengañarse. Es una tentación que siempre está presente sobre todo cuanto mejor te va. 

Me ha gustado “La Higuera de las vanidades”, donde hablas de estar rodeado de gente, pensando en tu maravilloso terruño, algo que abordas de forma muy similar en “La reacción sexual”. 

Pablo: Sí, pero a la vez comento que hay que darse cuenta que uno no puede escapar del combate. Es curioso, en mi pequeña aldea tengo el combate diario. Hasta en la aldea más pequeña de Asturias ha llegado la ideología dominante y sus secuaces. No puede uno apartarse del combate. Y de ahí viene lo de “Artistas contra la cultura”. 

“Dementocracia” es un dardazo contra nuestro actual sistema, donde cantas “La democracia no es propia de un caballero”. 

Pablo: Así es. Y “La Higuera de las vanidades”, que la compuse cuando fui a México, la tenía presente el día del apagón que me pilló de promo en Madrid. Aquí en mi aldea tengo todo preparado contra un apagón, pero la vida siempre te va a poner en estado de lucha y conflicto, fuera de la zona de confort. “La Higuera de las vanidades” es parte y recordatorio del viaje porque el disco es bastante conceptual sin haberlo concebido, tiene un hilo narrativo del camino que se recorre con un cierto dramatismo. Con “La Reacción sexual” se separa el enamoramiento del amor y al separarse viene el conflicto con “Dementocracia y “Violácea”, que es una lucha contra los demonios directa, resuelta con “Mujer” y “La Tormenta” que es un canto al amor fraternal. También en “Mujer” que habla de liberarse de lo mundano y “El que vive a su manera” que es la resolución de no morir como un desgraciado y que la libertad sea el único señor. Es un disco muy ácrata y libertario en el sentido católico del término. 

““Sé lo que eres, camarada” es un himno patriótico, más allá de una dimensión política y partidista, que es el gran disolvente de la patria” 

“Sé lo que eres, camarada” es composición con hechuras de himno para una república de trabajadores ajena a las clases; resuena majestuosa, patriótica y punzante, popular y orgullosa, sin enarbolar banderas ni atar a la muñeca pulseras con logos de partidos repletos de parásitos, ajena a absurdas militancias, donde la mera referencia a sus estrellas y nuestra fe marcan el camino a seguir. ¿Oposita a himno nacional oficioso? 

Pablo:
 Es una canción que recoge “las estrellas y la fe”, de los unos y de los otros. La historia viene de una frase que le dijo Fidel Castro a unos militantes de Falange Auténtica que viajaron en un barco de la Unión Soviética que partía de Lisboa hasta La Habana a un congreso de sindicalismo, cosas que ocurrían a finales de los setenta en el mundo. Un mundo que no era de ceros y unos, ni de polaridades ramplonas. Tanto el peronismo argentino como la revolución cubana sabían que buena parte del falangismo era un movimiento revolucionario, obrero y patriótico. Fueron allí y Castro les dijo “sé lo que sois”. También en esta canción trato de recoger la sentencia de Bakunin de “el estado no es la patria, es la ficción física metafísica y jurídica del amor que un trabajador siente por su tierra”. Bakunin se definía como el mayor de todos los patriotas. Es un himno patriótico, más allá de una dimensión más política y partidista, que es el gran disolvente de la patria, que es lo que rompe la patria. Se trata de hablar de camaradería y ver la bondad en el adversario que es muy importante. La lucha es natural, pero hay que hacerlo con ética. Y también la misericordia, buscando las miserias y los dolores del alma, que así también se hace patria. Me alegro que esta canción llegue a corazones. 

Tiene coherencia lo que dices, siempre se ha comentado que Fidel Castro tenía en su casa las obras completas de José Antonio Primo de Rivera. Y también es verdad lo que comentas, la historia real del anarquismo y el falangismo primigenio es fascinante, aunque conocida por pocos. 

Pablo: Los grandes olvidados de todas las memorias históricas, tanto del franquismo y especialmente de la democracia, son los rojinegros, tanto anarquistas como falangistas. Diría que especialmente los falangistas que pagaron con su vida sus ideales, puesto que no fueron pocos. Ambos representan dos movimientos erradicados actualmente. Con el falangismo puede ser comprensible por la participación en el franquismo y también por la necesidad del estado democrático gobernado por el PSOE, que establece todo el franquismo como adversario para tener un elemento unificador del poder hegemónico actual. Con el anarquismo ocurre igual, se ha ridiculizado, vendiéndolo como socialdemocracia excéntrica. Ya no tiene voces crítica ni intelectuales. Creo que hay más intelectuales en las terceras o cuartas posiciones que en el anarquismo. Quizás por estar perseguidas. Veremos a ver cómo se recolocan. 

Y claro, conociendo un poco tu personalidad, creo que hay que hablar de otro personaje incómodo cuya sombra quizás te ronde como es Pier Paolo Pasolini. 

Pablo: Sí, me gustan sus “Cartas luteranas”. Creo que aquí tenemos una especie de Pasolini español que es José Bergamín, un olvidado de la generación del 27, puesto que él era comunista y católico, una combinación que saca a relucir herejes que me inspiran. Personalmente tengo mis más y mis menos con Pasolini, no soy tan forofo de su cine, pero sí de sus reflexiones sobre el antifascismo. Él vivió el fascismo italiano, una rama de totalitarismo muy concreto, por eso señalaba “El Fascismo de los antifascistas” e hizo una crítica a la modernidad, que conforme se ha desarrollado la historia muestra que se han hibridado en cierta manera los tres polos. La libertad, igualdad y fraternidad han acabado estando al servicio de la técnica y la tecnocracia que tenían sus propios planes, imponiéndose por la vía totalitaria, independientemente de las ideologías que han servido en las diversas fases de construcción de toda esta tecnocracia que nos gobierna. Ahí me interesa la obra de Pasolini y de otros tantos. 

Y en el aspecto de los videoclips que en tu caso son de lo más personales. ¿Qué es lo que más te influye?

Pablo: En mi música, lo cinematográfico me lo tomo como un juego. Me gusta mucho el falso documental y todas las fronteras entre realidad y ficción. Un autor de referencia para la cuestión audiovisual es Pedro Bustamente, un filósofo proscrito, tiene un libro llamado “El Imperio de la Ficción”, luego tiene otros más metafísico. En ese libro se muestra un pensador autónomo que da un papel importante a la ficción “hollywoodiense” como nuevo clero, por así decirlo. Constructores de realidad sutil que luego se encarna. Me tomo los videoclips y las canciones como guerrilla que invoca la realidad desde la contra y la autogestión que caracteriza la estética de los vídeos para intervenir en esa batalla mágica que encarna realidades. 

“Soy un cantor libertario que hace lo que le da la gana, sabiendo que me expongo a palos en las ruedas o en la cabeza” 

No somos ni uno ni dos los que pensamos que actualmente eres el mejor francotirador de nuestra escena, destilando unos textos directos y críticos que no temen no gustar a todo el mundo. ¿Te sientes a gusto bajo dicha definición o simplemente eres un cantor que hace lo que le da real gana? 

Pablo: Soy un cantor libertario que hace lo que le da la gana, sabiendo que me expongo a palos en las ruedas o en la cabeza. Me he ido haciendo más alegremente kamikaze con los años. He ido perdiendo miedos que es una de las cosas para las que sirve para hacer canciones, enfrentarte a demonios y dragones que muchas veces son colectivos. Ahí está el sentido y valor de este oficio. Lo peor es que le acabas cogiendo gustillo a meterte en fregaos. Tiene algo de francotirador, sí. Recoge las dos grandes ramas de la humanidad, lo cazador y lo recolector, aunque también tengo algo de agricultor. Sobre todo, intento ser un poquito soberano que es por lo que se valora la independencia. La querencia por todo lo autogestionario, ya sea en lo micro en corte anarquista y en lo macro por el tema antiglobalización y soberanía. Un día decía en X de broma “autarquía y birra fría”. Autarquía condición para la anarquía. Y también tener soberanía y control sobre lo que uno produce y distribuye porque las alternativas es estar sometido a unos y a otros. He acabado por someterme con el paso de los años, ya que nunca entendí el voto de obediencia, pero hay que hacerlo con la gente que lo merece y con quien tiene la autoridad legítima. Ya sean los amigos que tienen ovejas y huerta o con autoridades artísticas que me han demostrado su cuajo, pero para ello hay que rebelarse ante otras muchas cosas. 

“Tengo querencia por todo lo autogestionario, ya sea en lo micro en corte anarquista y en lo macro por el tema antiglobalización y soberanía” 

¿Te sientes un cantautor contracultural? ¿Cómo de complicado es sobrevivir en un panorama mayoritariamente blanco y vacío de contenido en las letras como el actual? 

Pablo: Es una cuestión de trabajar, hacer falsa disidencia implica mucho menos trabajo que hacerla de verdad. No vas a tener todas las subvenciones habidas y por haber de Agenda 2030, fondos next generation, partida presupuestaria de la pedanía de turno, etc… como si tienen los artistas que menciono en “Artistas contra la cultura”. Ni ellos mismos no se dan cuenta que si tiene subvención, no hay revolución. A mí no me importa trabajar, me gusta, me siento peor cuando estoy parado. Me gusta la autoexigencia. Me siento mal al verme parado y vago ante ciertas injusticias y vida aburguesada. Si me pego una fiesta que sea cansada. Me lo tomo con alegría. Si hay que buscarse las habichuelas con cuatro trabajos, se hace. Si afloja y puedo dedicarme a la música, mejor. Todo lo pongo al servicio de hacer canciones, no es una cosa paralela. Trato de ordenarme y organizar mi sistema propio para salir adelante. De las penurias que existen las peores son las sentimentales, gente que no valora lo que haces y se lo toma como algo malo. Parece que por mentar a la bicha te conviertes en la bicha. Hablas de un problema social y parece que lo provocas. Habrá que hacer una crítica a los problemas sociales y políticos cuyos responsables están tan alejados del pueblo y son tan intocables, pero el pueblo lo paga con el que tiene al lado. Hemos pasado los últimos años con alertas antifascistas que servían para ir contra cualquier hijo de vecino, persecución de conspiranóicos y demás palabros chungos que buscan amedrentar y encasillar al pensamiento crítico independiente. Se ha hecho con una movilización total, a veces entre vecinos. Me ha pasado, pero ya no me afecta, me he curtido. Aún así, sigue siendo lo que más me remueve. 

“Si tiene subvención, no hay revolución” 

¿Qué planes tienes para la gira de presentación del disco?

Pablo: Estamos a verlas venir. De momento tenemos el concierto de Madrid y uno en Gijón el 2 de agosto. El de Madrid es en Sound Isidro, un festival de salas que organizan amigos. En Gijón, por obra y gracia de la providencia, parece que vamos a tocar en la plaza durante las fiestas. Me hace mucha ilusión tocar en mi ciudad natal, donde llevaba tiempo sin hacerlo. Nos hemos decidido a hacer en octubre una gira de salas, a riesgo y lo que salga, como siempre. Puede que cambie el signo de los tiempos y me vuelva a contratar algún ente público-privado de cierta envergadura como ocurría antes de que me entendieran las letras. Volveremos a salas y si no chuta, iremos a aldeas o donde haya que ir. Vamos a tener fe y pensar que el signo de los tiempos cambiará, se repartirá de forma mínimamente equilibrada todo lo que requisa el estado por vía impositiva, algo que luego se reparte a dedo en muchas propuestas culturales propagandísticas. A ver si podemos hacer eso para presentar el disco con bandas completa. Quisiera traer a Miqui que es el violinista y que vive en Liverpool. De momento, puedo asegurar que las presentaciones en Madrid y Gijón van a ser con todo el equipo. Vamos a ver si podemos hacer la gira con banda, creo que el disco lo merece. 

Me alegra saber que el verbo incendiario asturiano tiene epílogo más allá del grandioso Jorge Martínez. 

Pablo: Te vas a reír, pero varías veces, medio en broma, medio en serio, me dijo: “Si el rock and roll tuviera futuro sería tuyo, pero no lo tiene”.