Por: Gemma Ruiz.
Cuatro años han sido los que hemos tenido que esperar los fans de Fito Cabrales para volver a escuchar su voz al frente de los Fitipaldis. 
Tan solo cuatro años que se han hecho eternos. Por fin, la espera ha terminado y el bilbaíno regresa para recordarnos que el rock sigue teniendo corazón. 
Fito nos soltaba a principios de verano pequeñas píldoras sobre el repertorio de su nuevo álbum, "El monte de los aullidos", en el que contaba que…
Fito nos tiene acostumbrados a hacer las cosas de manera diferente, a empezar "la casa por el tejado" y a encontrar en sus letras innumerables metáforas sobre sus sueños y luchas internas. Esta vez, en el single que lanza para dar a conocer su nuevo álbum, Los cuervos se lo pasan bien, no se ve diferente ni raro... "no, no, no...yo siempre me he sentido extraño".
Triste y afortunado por esa visión que siempre nos muestra de la vida, de caerse y volver a levantarse y continuar, de aceptar errores y seguir adelante, como en ese "me equivocaría otra vez", de Por la boca vive el pez.
(Me equivocaría otra vez)
Y es que Fito “escribe igual que sangra porque sangra todo lo que escribe” mostrándonos en esta canción su mayor autenticidad. Una autenticidad con la que hemos ido caminando a través de toda su trayectoria, como aquel Soldadito marinero que caminaba despacito, aprendiendo “que las prisas no son buenas”. Una prudencia que nos acompaña ahora al escuchar y observar a los cuervos bailando a saltitos a su alrededor.
Y es aquí, donde Fito “sonríe por seguir en pie, sabiendo que el tiempo siempre está nublado”. Un paso del tiempo, de caídas y aciertos que se hacen eco de canciones anteriores como esa “ventaja de irse haciendo viejo” en Antes de que cuente diez.
Donde “puede escribir y no disimular” y donde mantiene no tener nada para impresionar pero lo cierto es que a nosotros nos sigue tocando el corazón y sigue representando nuestras emociones y recuerdos en cada uno de sus versos. 
Un Monte de los aullidos al que acudir siempre que queramos recordar, escuchar la vida, la nostalgia y la sinceridad que solo Fito y los Fitipaldis nos saben entregar.



