Entrevista PLV Havoc

Quiero ser un autor que utilice la música de raíces americanas como un instrumento para construir su discurso

Bajo el evocador nombre de “Penny Lancaster” se esconden las canciones que dan vida al segundo disco de PLV Havoc; enigmáticas siglas tras la que se rastrea el nombre del compositor vasco Pedro Gracía Pérez de Viñaspre, quien hace poco más de dos meses ponía en el mercado sus nuevas composiciones las cuales suponían un abandono de las coordenadas folkies que marcaron su debut, “The Shape of your Heart”, para dar paso a un álbum en el que  las sonoridades de clara facturación norteamericana, es fácil rastrear los ecos de artistas como Ryan Adams, Neil Young o Tim Buckley, se dan la mano con ramalazos pop de bella factura dando forma a un disco que engancha y emociona por su pulcritud desde primeras escuchas.

Con motivo de su visita a nuestra ciudad hace algunas semanas, tuvimos la oportunidad de concretar una cita con él, en un céntrico hotel capitalino, para que nos hablara de todo lo relacionado con esa pequeña joya que ha tenido el placer de crear y que responde al nombre de “Penny Lancaster”.

Han pasado más de dos años desde que publicaste tu primer disco “The Shape of your Heart”, un trabajo que podríamos decir que sirvió para situarte en el panorama musical nacional. Ahora, hace tan solo unos meses, vio la luz este maravilloso “Penny Lancaster”. ¿Cómo están rodando las cosas con él?

PLV: Acabamos de empezar como aquel que dice porque el disco salió hace apenas dos meses. En primera instancia nos sentimos muy contentos, aun estamos moviendo el tema de la promoción, pero todo está funcionando de maravilla. El Lunes pasado estábamos de número uno en la radio televisión autonómica valenciana. Era gracioso ver a Bruce Springsteen en el número tres y a ti en el uno. Son cosas que animan a seguir. Creemos que hay mucha expectación alrededor del álbum, además a la gente le está gustando. En nada de tiempo comenzará la gira y podremos hacer una valoración más completo, pero de momento estamos contentos.

Por cierto, antes de seguir avanzando, creo que deberíamos tocar una cuestión clave. Sabemos que “Penny Lancaster” es la mujer de Rod Stewart. ¿Por qué ese nombre?

PLV: Escuché el nombre en la televisión y me pareció precioso. Se me llenaba la boca con él. Decidí crear una vida. Me imaginé el mito de la pobre niña rica y a partir de ahí cree una historia de desamor. Mi “Penny Lancaster” no tiene nada que ver con la mujer de Rod Stewart, o sí, no lo sé. En realidad es un pequeño juego porque creo que todos tenemos una Penny en el cajón.

Personalmente debemos decir que es un trabajo que ha cautivado nuestra sensación por su sencillez y por la capacidad de transmitir emociones que tiene. ¿Crees que esa es la principal característica del disco?

PLV: El otro día leía que decían de mí que era un emocionador más que cualquier otra cosa. Más que cantante o músico. Al principio me lo tomé mal, pero después me gustó. En realidad lo único que realmente pretendo es emocionar. También decían que mis canciones eran tristes y en eso no estoy de acuerdo. Para mí lo triste era ir al supermercado y escuchar de fondo a David Bisbal. Eso sí me pone triste. Yo intento emocionar.


Tengo entendido que las canciones fueron surgiendo casi de manera accidental una vez estabais inmersos en la grabación. ¿Es cierto?

PLV: No hicimos ni demos ni nada por el estilo verdaderamente. Estuvimos un mes y medio en el estudio, trabajando apenas con unos arreglos. Casi nos echan de allí y de la compañía. Mi mánager nos pedía por favor que “acabáramos de una puta vez” (Risas). Eso hizo que el monstruo se fuese gestando entre nosotros. Le dimos a cada canción lo que nos pedía a cada momento. Hay composiciones que tienen mucha sofisticación de sonido y de pulcritud, cosas que ya casi no se hacen. En algunas entrevistas me han comentado que echaban de menos un poco más de grasa. Yo creo que hay grasa cuando tiene que haberla. Quizás tenga que ver con el hecho de que en primera instancia queríamos un disco “low-fi” que finalmente nos ha salido muy poco “low-fi”. Hay canciones que tienen un tratamiento muy simple y otras que no tanto dando forma a un trabajo que es tal y como hemos querido que sea.    

Gran parte de la culpa de que “Penny Lancaster” sea como finalmente es creo que la tiene Rubén Caballero, productor y guitarrista del mismo. ¿De dónde surge una unión tan estrecha entre vosotros?

PLV: Es el productor, el arreglista y mi “alter ego” musical. La única persona de la que me fío hoy en día al cien por cien, en lo que diga y en lo que haga. Tiene muchísimo peso en este disco. Es suyo. Es un tipo espectacular que nunca está satisfecho con nada. En eso casa mucho conmigo. Cuando te pierdes te ilumina el camino y cuando crees tener el camino te apaga la luz para hacerte pensar. Tener esa sensación es algo increíble que he descubierto en este disco.

En el disco es relativamente sencillo rastrear la sombra del rock americano de autores como Ryan Adams, Neil Young o Tim Buckley; ramalazos pop de mucha calidad al estilo The Beatles, con guitarras al revés incluidas, e incluso toques de folk de la escuela dylaniana, de la que sabemos que eres fiel seguidor, pero que en este caso cobran menos protagonismo. ¿A qué se debe éste hecho?  

PLV: En realidad el adjetivo “dylaniano” va unido PLV Havoc desde que empecé. Es una cosa que comprendo, pero que no va más allá del formato de mi primer disco que está grabado con armónica y guitarras acústicas. Todo el que hace eso es comparado inevitablemente con Dylan. No digo que no tenga algo de él. Es más, todo el que pretenda acercarse al folk o a la música de autor y no tenga algo de él, se está perdiendo una vertiente muy importante. Por otro lado, como comentáis, el álbum tiene determinados sonidos, o breaks de batería, que buscan acercarse a los Beatles, es una referencia innegable que debe ponerse en relación con el hecho de que  no hemos tenido prejuicios a la hora de juntar géneros o estilos. No nos ha importado hacer cosas que sonaran más indies, más country, más folk o clásicas. En realidad lo que pretendíamos era huir del estilo, intentando hacer canción de autor. Me gustaría ser al folk lo que PJ Harvey es al rock. Quiero ser un autor que utilice la música de raíces americanas como un instrumento para construir su discurso. Si no será un quiero y no puedo.  

¿No sé si nos hemos dejado algún referente por el camino?

PLV: Mayoritariamente no. Lo que ocurre es que creo que la música que se escucha de los quince a los veinte años es la que se queda ahí. Es el período de interesarse por cosas. En el fondo soy un esclavo de los noventa, de mi generación, y de la música de ese momento. Es la que me sale de manera natural para contar mis historias. En cierta manera en mi música se puede rastrear la sombra más guitarrera de los años noventa, de todo el grunge.  

El hecho de que las canciones inviten en cierta medida a la tristeza, y salvando la barrera del lenguaje, quizás pudieran hacer aparecer las comparaciones con Quique González. ¿Ves nexos de unión entre ambos?

PLV: No veo grandes comparativas entre los que hacemos ambos. Respeto a Quique. En lo suyo es el mejor, pero no veo que tenga nada que ver con él. Creo que abraza completamente la música norteamericana hablando de Cadillacs y Dólares. Yo no he visto un Cadillac más que en la televisión. De lo que sé es de mí. Por otro lado ambos cantamos canciones íntimas apegadas a nuestras pasiones y la exponemos de una manera bastante sangrante. En eso sí nos parecemos.  


Quizás la unión más evidente entre ambos vendría para nosotros representada por la capacidad que tenéis ambos para facturar canciones repletas de belleza. Y es que en tu disco nos regalas temazos del calado de la inicial “In The Flood”, “Dainty Bird”, “Under the Chestnut”, o la titular “Penny Lancaster”, sin duda una de las mejores canciones que se facturaron el año pasado en nuestro país. ¿Dónde reside el secreto para facturar canciones tan frágiles y a la vez tan bellas?

PLV: Supongo que de mi propia personalidad horriblemente frágil y que a la vez busca hacer cosas bonitas. Soy un tipo que quizás lo único que hace en su vida que no sea una tontería enorme es la música. Es lo único que hago de manera solemne y trascendental, por lo que trato de hacerlo bien. Quiero ser honesto reflejando lo que yo ansío, que no es más que la belleza y las grandes pasiones desde un punto de vista absolutamente frágil.

Sin embargo no todo es fragilidad en tu álbum. Personalmente me encanta el comienzo de “Brian´s Cafe”, invita a pensar lejanamente en “Like a Hurricane” de Neil Young. ¿Quizás en algún momento te plantees pisar un poco el acelerador y dotar a tus textos de una mayor rabia?

PLV: Si te fijas en mis textos casi todos nacen desde la frustración y la rabia. De hecho hay alguna canción que maneja esa temática. Mis canciones tienen mucho de oscuridad, nacen de pozos muy asquerosos y malolientes, e intento que siempre tengan un poso de esperanza, pero cuando no lo consigo sí que sale a relucir un poco de mala leche. En el siguiente disco tengo la intención de arriesgar mucho más y apretar un poco los dientes.  

Por cierto tenemos entendido que te has montado una súper banda para que te apoye en vivo. ¿Quiénes son las personas que te acompañarán en el directo?

PLV: La historia de la banda es curiosa. Al terminar de grabar el disco se planteó la posibilidad de tocar en Sonorama llamé corriendo a Rubén Caballero. El problema es que el se iba a Nueva York a grabar el disco de Mikel Erentxun, por lo que tuve montar la banda apresuradamente. Lo que ocurre es que por casualidad todas las piezas encajaron. Encontré a los músicos perfectos. Como guitarrista llevo a Joseba Irazoki de Athom Rumba que es un genio brutal, una tormenta de talento desbocado en todo lo que hace. El bajista es Jaime Nieto, de We Are Standard, y Guanche se encarga de la batería, y también toca en Lobo Eléctrico. Todos venimos de nuestro padre y nuestra madre, dando forma a una pandilla disfuncional que de algún modo casa mucho con lo que yo quería hacer.

Bueno la marcha de Rubén tiene justificación porque el nuevo disco de Mikel Erentxun es un discazo.

PLV: Lo he oído pero no en profundidad. No le voy a quitar mérito a Mikel pero seguro que gran parte de culpa de que sea un buen álbum es de Rubén (Risas).

En poco tiempo has pasado de ser casi un semidesconocido a tocar ante grandes audiencias en festivales muy renombrados. ¿Cómo has vivido un hecho como ese?

PLV: Lo he vivido con ilusión, la verdad. En realidad creo que soy un privilegiado. Para mí lo difícil es ser minero. Parece que lo hacemos los músicos es muy especial, pero para mí no lo es tanto. Lo vivo con naturalidad para poder seguir haciendo las cosas bien y apuntando alto, con ganas de que pasen cosas porqué no.

¿Qué valoración haces del panorama musical actual sobre todo en el aspecto de bandas que puedan ser cercanas a tu sonido?

PLV: ¿Qué bandas pueden parecer cercanas a mí actualmente?

Me refiero a grupos que están teniendo cierto éxito y que se acerca a un folk o una música de raíces relativamente americana, por ejemplo The Bright.

PLV: Pero The Bright son muchísimo más soft. Además pienso que ellos entrarían más en el círculo de Anni B Sweet, Russian Red o Alondra Bentley. Por mi parte encantando, ojalá apareciera un rollo más cercano a mí y saliéramos posando en Vogue (Risas). La verdad que no sé que bandas o artistas están cercanos a mi ámbito de acción. Para mí los grupos que están más cerca son aquello que conozco. Podríamos hablar de Thee Brandy Hips o Rafael Berrio. Estoy cercano a ellos y a sus delirios musicales. Veo cómo hacen música y cómo lo viven. Mira quizás sí que me gustaría estar en el circuito de Nacho Vegas que está arriba del todo ahora mismo.

¿Qué planes de futuro manejas a corto y medio plazo?

PLV: Ahora estamos de promo haciendo cositas para revistas y radios. Hemos estado hace poco en Madrid y Barcelona. Después estaremos tocando en Pamplona y Bilbao. En San Sebastián haremos una noche teloneando a Alejandro Escovedo. Luego habrá algunos festivales, que de momento no podemos confirmar porque ellos no lo han hecho, y en Septiembre empezaremos la segunda parte de la gira que será con banda.

Por nuestra parte ha sido todo. Muchas gracias y suerte.

PLV: Muy amables. Ha sido todo un placer.

Por: Javier González e Iván González.