Ilegales: “Ni un Minuto de Silencio”

Hace unas semanas se ponía a la venta el Dvd “Ni un Minuto de Silencio”, testimonio gráfico del concierto que dieron los asturianos Ilegales en la madrileña sala Penélope el 11 de Diciembre de 2010. Dicha actuación supuso el punto culminante de la gira de despedida que el grupo realizó durante varios meses y que les llevó a tocar a lo largo y ancho de todo nuestro territorio, realizando también parada obligatoria en algunos países de América Latina, donde el mítico conjunto cuenta con un importante número de seguidores que siempre se han mostrado fieles a su propuesta. 

Casi dos horas de “metraje” en las que se hace un repaso por los mayores éxitos de la carrera de Ilegales, el proyecto que a lo largo de tres décadas ha sido capitaneado por el incombustible Jorge Martínez, guitarra, voz, alma mater y principal ideólogo del mismo, hasta el punto de caer con el paso del tiempo en la identificación más absoluta de la banda con él, quien en esta ocasión se hacía acompañar por los ya habituales Alejandro Blanco, bajista, y Jaime Belaustegui, batería, para dejar constancia de calidad incuestionable de un directo equiparable por fuerza al de muy pocas bandas, sean estatales o internacionales, y de unas canciones que pese a la cantidad de años que las contemplan siguen sonando de lo más vigentes en estos días inciertos, un simple acercamiento a la letra de “Tiempos Nuevos, Tiempos Salvajes” bastará para que muchos entiendan esta afirmación.

Contundentes y eléctricos, así se muestran Ilegales desde los primeros compases de “Yo soy quien espía los juegos de los Niños” o “Hacer Mucho Ruido”, extendiendo esa potencia durante toda la duración del directo, ya sea en su habitual formación de trío o ampliados hasta quinteto, con la incorporación de un Juan Flores El Hombre Lobo de Mieres”, saxo, y Xuan Zem, al vibráfono, para la interpretación de algunos temas como “Lavadora Blues”, “El Piloto” o “Ángel Exterminador”, en las que muestran a la perfección que no son solamente una banda de punk al uso, sino que entre sus cualidades se encuentra la versatilidad y una amplitud de registros que es capaz de acercarles por momentos al Rhythm and Blues de aromas clásicos.

Como no podía ser de otra forma también hay tiempo para recoger la interpretación de los clásicos más conocidos del grupo, canciones como “Hola Mamoncete”, “Odio los Pasodobles”, “La Fiesta”, “La Chica del Club de Golf”, “Agotados de Esperar el Fin”, “Caramelos Podridos”, “Soy un Macarra” o la siempre polémica “Heil Hitler”, que a tenor de lo que se recoge en la grabación están entre las favoritas de un público que las corea y las baila con el mismo entusiasmo con el que lo hicieron la primera vez que las escucharon en directo. 

También resulta especialmente emocionante comprobar la grandeza de composiciones como “El Norte está Lleno de Frío”, “Enamorados de Varsovia”, sin duda alguna una de nuestras grandes debilidades dentro del cancionero Ilegal, “Chicos Pálidos para la Máquina”, o la enorme “La Casa del Misterio”, unos temas que como ya hemos comentado en otros artículos, utilizando palabras del propio Jorge Martínez, “proponen otro espacio y otro tiempo”, yendo mucho más allá del habitual espíritu gamberro de la banda para dar vida a unas composiciones creadas sin la menor intención de sonar pedantes ni de dárselas de intelectuales, pero que muestran a las claras como Ilegales saben ser contestatarios y elegantes como el que más sin por ello ir de listos. 

Sin duda alguna “Ni un Minuto de Silencio” es el complemento perfecto a una discografía repleta de álbumes míticos, entre los que cabe mencionar el inicial “Ilegales”, y los discos que le siguieron, “Agotados de Esperar el Fin” o “Todos Están Muertos”, por citar unos ejemplos, y que junto a los dos directos que posee la banda, “El día que cumplimos veinte Años” e “Ilegales en Directo”, son el mejor testimonio de que en España, desde la noche de los tiempos, se ha sabido facturar música de calidad en este caso con denominación de origen asturiana y con el inmejorable sello de calidad que solo es capaz de imprimir a sus canciones y actuaciones ese anticristo del rock patrio que responde al nombre de Jorge Martínez

Por: Javier González/javi@elgiradiscos.com